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martes, abril 30, 2024

Principio de “solo una vez”

Hace poco tuvimos la oportunidad de escuchar una entrevista con la primera ministra de Estonia, en la que compartió información fascinante sobre su país. Entre los datos más interesantes, destacó que desde el año 2000, Estonia creó una identidad digital para sus ciudadanos, y el Estado solo puede solicitar datos e información de personas y empresas UNA VEZ. Este enfoque ha llevado a la digitalización de prácticamente todas las operaciones gubernamentales, que están disponibles en línea. Como resultado, Estonia ha logrado crear un ecosistema empresarial moderno, ágil y atractivo para las inversiones, especialmente para las “start-ups” y empresas tecnológicas.

En contraste con esos avances, hacer negocios en Honduras y en otros países de Latinoamérica suele implicar una carga administrativa enorme, con un infinito laberinto de trámites, la necesidad de presentar los mismos documentos para cada gestión y una ineficiente burocracia que puede desalentar a las empresas y ciudadanos, obstaculizando el desarrollo económico y la eficiencia de los servicios públicos. Tanta traba burocrática desalienta a las empresas y ciudadanos, obstaculiza el desarrollo económico y la eficacia de los servicios públicos.

Por eso nos ha parecido interesante la iniciativa implementada por la Unión Europea denominada “Principio de Solo una Vez”, en inglés conocido como el “once-only principle” o sus siglas OOP). El Proyecto TOOP (The Once-Only Principle Project), es un ejemplo claro de cómo ese tipo de iniciativa puede reducir la carga administrativa y promover la eficiencia en la prestación de servicios públicos digitales. La pandemia de COVID-19 subrayó la necesidad urgente de una transformación digital en la administración pública, y el proyecto TOOP ha demostrado ser una respuesta efectiva a este desafío. Dicho principio se enfoca en simplificar los trámites administrativos al permitir que ciudadanos y empresas presenten sus datos a las autoridades solo en una ocasión; las administraciones públicas se encargan de compartir y reutilizar estos datos de manera interna, respetando las regulaciones de privacidad y seguridad de datos.

Basta que los estimados lectores recuerden cuántas veces han realizado trámites en nuestras oficinas públicas y cada vez les exigen exactamente los mismos documentos: copia del DNI, RTN, escrituras de constitución, actas, poderes, permisos, licencias y cuanta otra cosa se les ocurra, aunque en muchos casos esa información ya la tienen en sus bases de datos. Como si eso fuera poco, lo piden autenticado o cotejado con su original, violando el principio de presunción de veracidad que debe prevalecer en materia administrativa.

Con el TOOP se elimina o se reduce sustancialmente esa absurda y costosa redundancia, agilizando los procesos administrativos, mejorando la experiencia de los ciudadanos y las empresas al interactuar con el gobierno. En lugar de adaptarse a los procedimientos gubernamentales, las instituciones públicas se reorganizan internamente para ser más eficientes y centradas en el usuario.

Para poner en práctica el principio de “solo una vez”, el proyecto TOOP desarrolló una arquitectura técnica federada que conecta los sistemas de registros y las arquitecturas de administraciones electrónicas en 21 países europeos. Esta colaboración técnica y la cooperación con las administraciones públicas permitieron la realización de programas piloto exitosos en áreas como la movilidad empresarial, la contratación pública electrónica y el sector marítimo.

En el contexto de la movilidad empresarial, el proyecto demostró cómo la información sobre empresas se puede recuperar automáticamente, evitando duplicación de esfuerzos y reduciendo la burocracia. En la contratación pública electrónica, se logró la recuperación automática de datos necesarios para licitaciones, garantizando la fiabilidad y validez legal de la información. En el sector marítimo, TOOP conectó bases de datos nacionales y facilitó la verificación eficiente de certificados en línea.

Estos modelos son importantes, sobre todo cuando se construyen siguiendo las directrices, medidas de seguridad y controles que ya han sido utilizados con éxito en otras naciones. Sin embargo, deben aplicarse con prudencia pues, tal como lo señala la profesora Naeha Rashid en su trabajo titulado “Deploying The Once-Only Policy” (Harvard Kennedy School), existen dos requisitos fundamentales para siquiera considerar la implementación de estos mecanismos. Inicialmente el país debe contar con una sociedad civil fuerte que pueda actuar como contrapeso a los abusos estatales, y segundo (muchos más importante aún) no se debe utilizar en países que tienen un estado de derecho débil. Por eso avanzan más en países con culturas de legalidad consolidadas como Estonia, Países Bajos, Reino Unido, Canadá y Australia.

Sin perjuicio de eso, Honduras podría buscar apoyo en la Unión Europea para analizar en qué forma se puede iniciar el proceso, aprendiendo de la experiencia del TOOP y adaptando sus principios y tecnologías a la realidad hondureña. La simplificación administrativa es vital para el progreso y la modernización del país, y el principio de “solo una vez” ofrece un camino prometedor hacia esa meta.

Por: Rodolfo Dumas Castillo

Correo: [email protected]

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