ERNESTO ALVARADO REINA
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Indudablemente que los hábitos o consideraciones perniciosas, dañosas o nocivas, constituyen un desgaste de alta consideración que a la larga llegan a extinguir o agotar los organismos o instituciones, sin embargo, su vigor o fortaleza que adquieran con sus operaciones y accionar en los distintos espacios de la vida, es posible mantenerlos. Si tales acciones u omisiones se consolidan, emergen como labores de visible agotamiento mental o físico, terminando, en definitiva, con la postración o decaída, o bien, extinción o consideración de fondo para tratar de poner un límite o término a los mismos.
Es vital para evitar ello, la destreza o habilidad y reposo de los miembros, a efecto de cultivar una influencia fresca que actúe como calmante o paliativo de un efecto eficaz de restauración total o parcial, disminuyendo la postración y logrando un mejoramiento normal. La formación gradual y progresiva, realizando o ejecutando trabajos elementales con mayor cantidad y calidad, constituye una liberación que frena la perceptible acción destructora, y, por consiguiente, aumentando sin ansiedad la responsabilidad y dominio adquirido anteriormente. En efecto, la educación, la cultura y el respeto institucional deben ser atención preferente del cualquier gobierno surgido de la voluntad popular, libremente indicada o expresada en las urnas, dentro de un proceso deliberativo. Nuestro país, Honduras, no es la excepción, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y otros centros educativos, dentro de una visión de conjunto en la resolución de los grandes problemas, son pilares indispensables de una labor académica y docente y una loable superación con su bordado de superación que tiende a beneficiar a toda la ciudadanía.
La Secretaría de Educación Pública y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, sin menoscabo de sus respectivas competencias, adoptaran las medidas que sean necesarias para que la programación general de la educación nacional se integre en un sistema metódico y coherente, a fin de que los educandos respondan adecuadamente a los requerimientos de la enseñanza superior o de cualquier otra índole, dentro de la tecnología moderna. En otras palabras, hay un principio constitucional firme y constante de coordinación que también se dirige a las universidades privadas, sin apartar las carreras técnicas o pedagógicas que se integran al desarrollo del país. El preponderante y tangible bordado bajo un plan disciplinario adquiere transcendencia y efectúa un triple tejido en lo tocante a los aspectos docente, administrativo y económico, con pluralismo ideológico, libertad de cátedra, autonomía de gestión en lo económico y otros semblantes o talantes no menos importantes.
Sacamos a conclusión, que hay que despertar con nuevos resplandores dentro del objetivo de satisfacer las nobles aspiraciones del pueblo hondureño en la forma de impartir conocimientos en la Educación Nacional.
Con grandes realizaciones se resuelven las necesidades de la población y se refuerza las instituciones de gran influencia originaria.
Unidad e integración de los pueblos para forjar la nueva Honduras.