Mirna Isabel Rivera
[email protected]
Para la mayoría de la población mundial era impensable que una crisis sanitaria como la ocasionada por la COVID-19 pudiese ocurrir en pleno siglo XXI, inclusive los países más desarrollados no estaban preparados, a pesar de contar con muchos avances tecnológicos y científicos en materia de salud, estos se vieron reducidos a la impotencia cuando el virus empezó a esparcirse por todos los continentes causando a su paso millones de personas infectadas y decesos.
Para contrarrestar la situación se tuvo que recurrir a una solución usada antiguamente ante las enfermedades sin cura, esto prácticamente paralizó un sistema económico global interdependiente. Se utilizó una estrategia empleada desde hace más de 3,500 años reportada en el Antiguo Testamento de la Biblia judeocristiana dada por el mismo Dios, Creador del Universo, que instruyó a Moisés para que separara en su diáspora en el desierto a los leprosos del campamento para evitar más contagios y lo mismo tenía que hacer con otras enfermedades (Números 5:1-4).
Aunque en el año 2020 nos sorprendimos con estas medidas, de aislamiento y cuarentena, estas se han utilizado en diferentes momentos históricos de la humanidad para enfrentar pandemias que no tienen una cura médica de manera inmediata. En la Edad Media encontramos cómo en Europa perdió la vida más de la mitad de la población a consecuencia de la peste negra (año 1300 y volvió a resurgir a mediados del 1600). Si sopesamos lo que pasó en ese periodo, con lo que recientemente hemos vivido con la COVID-19 nos damos cuenta que hay mucha similitud.
Antes que surgiera la COVID-19, ya se había advertido de lo probable, que por la falta de acción se convirtió en inminente, pero pocos prestaron atención, quizás por la falta de humildad que caracteriza a los principales tomadores de decisiones mundiales, que prefieren hacerse de oídos sordos por el temor a crear incertidumbre en los mercados de las bolsas de valores. Luego de esta experiencia con un planeta paralizado, se debe cuestionar la inacción, negar los hechos no significa que lo temido no ocurrirá.
Durante una comparecencia en TED talk en el año 2015, uno de los empresarios más ricos del mundo, Bill Gates, que está involucrado en temas sociales y ambientales que afectan a la humanidad, expresó que el planeta no estaba listo para enfrentar una epidemia de grandes proporciones. Sus palabras tomaron fuerza durante la pandemia de la COVID-19 que causó la muerte de más de seis millones de personas a nivel mundial. En una reciente comparecencia este año, Gates volvió a advertir en TED2022, que vienen más epidemias, claro está, sus palabras son para alarmar, pero también para hacer un llamado a los países más ricos para que se preparen para frenarlas. TED, es una organización sin fines de lucro dedicada a expandir “ideas que valen la pena conocer.”
Gates hace una analogía entre lo recientemente vivido por la COVID-19 y una guerra mundial, ambas dejaron millones de fallecidos, las economías colapsadas y el sistema de salud deteriorado. Él sugiere la creación de un organismo como las Naciones Unidas que se dedique a velar por un sistema de salud global fortalecido, para prevenir este tipo de crisis sanitaria, lo denomina “Equipo global de respuesta y movilización en epidemias”. La clave es controlar las epidemias cuando todavía son brotes, asegura Gates.
En un mundo post pandémico, todavía estamos viviendo las secuelas dejadas por el virus. La recuperación económica es más lenta de lo esperado, en los países menos desarrollados el sistema de salud sigue siendo precario y los problemas sociales se han agudizado. La incertidumbre ante una nueva ola de COVID-19 sigue latente. Muchas lecciones todavía por aprender.
