Las altas temperaturas afectan a las personas y otras especies, es importante tomar medidas para evitar las olas de calor que son letales, que a nivel mundial causan miles de muertes. Para enfrentar esta situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que es oportuno que las autoridades de salud pública trabajen con los servicios meteorológicos para que, de manera estratégica, informen y eduquen a la población de los riesgos de exponerse a las olas de calor.
Las medidas oportunas ayudan a contrarrestar los efectos de las olas de calor, previenen enfermedades y muertes. Es importante mantenerse hidratados, tomar suficiente agua, evitar bebidas con alcohol o cafeína. Otras medidas que se recomiendan es buscar lugares frescos, evitar la exposición al sol directo, reducir la actividad física, usar ropa adecuada y cuidar de los grupos vulnerables. Las horas pico de calor usualmente en nuestro país, es de 10 de la mañana a 4 de la tarde. Se recomienda el uso de protector solar, si es posible sombrero y ropa ligera.
En un estudio realizado en el año 2014 por la Universidad St. Andrews de Escocia https://academic.oup.com/ajcn/article/103/3/717/4564598 encontró que la leche entera o sin grasa pueden mantenernos hidratados por tiempo más prolongado que el agua normal, por las características en su composición lo cual ralentiza el proceso de vaciado gástrico. Como resultado, los líquidos permanecen en el estómago durante un período más prolongado, permitiendo que nuestro organismo retenga el líquido y evitando visitas frecuentes al baño. Los investigadores advierten que cada organismo reacciona de manera diferente, por lo que si alguien padece de enfermedades preexistentes debe consultar a su médico.
Las olas de calor, no es algo muy divulgado en los medios de comunicación nacional y tampoco está como una prioridad para el sistema salud pública, sin embargo, hay estudios que colocan a Honduras y otros países de la región centroamericana, con mayor riesgo de experimentar olas de calor récord y con consecuencias letales.
Sin ser alarmista, pero tomando como base estudios académicos, la revista científica Nature Communications (https://www.nature.com/articles/s41467-023-37554-1) expone que Honduras no está preparada para afrontar las olas de calor, al parecer solo para sufrir las consecuencias. Es un panorama nada alentador. Las condiciones socioeconómicas de la población, la pobre infraestructura sanitaria y la pésima distribución del suministro eléctrico, colocan al país en un estado de vulnerabilidad, no estamos listos, no somos un país resiliente a las temperaturas extremas.
En el caso de San Pedro Sula, el gobierno local juega un papel muy importante, el crecimiento de la ciudad es desordenado, en nada contribuye a enfrentar las olas de calor. Cada vez que se construye un centro comercial o una zona residencial, observamos cómo se talan los árboles y estos no vuelven a sembrarse. Pavimentar no es sinónimo de desarrollo, debe buscarse un desarrollo sostenible, diseñar una ciudad verde. Aquí no se trata de que, si somos ecologistas o no, si creemos en ciudades sustentables o no, si creemos en el calentamiento global o no, si somos socialmente responsables o no, es una cuestión de supervivencia. Debemos ver esta situación con sentido de urgencia.
La alcaldía de San Pedro Sula debe poner mayor atención a las zonas de reserva forestal de la ciudad, así como a las áreas verdes, no se debe permitir construcciones en espacios que fueron diseñados para promover la actividad física y el bienestar mental de las personas. Los árboles, además de cumplir una función que beneficia a todos los seres vivos, mejora la calidad del aire, ayuda absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno, mitigan los efectos del cambio climático. En síntesis, las áreas verdes y los bosques no están de adorno o solo cumplen una función estética, éstas nos ayudan a enfrentar las olas de calor y protegen nuestras vidas y la de otras especies que coexisten con los seres humanos.
