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jueves, marzo 28, 2024

Un futuro utópico, quizás como Da Vinci lo soñó

Con frecuencia escuchamos y repetimos que Leonardo Da Vinci fue un genio. Sin embargo, al examinar sus inventos y creaciones futuristas, nos damos cuenta de que su fama está plenamente justificada, -incluso en la actualidad, todavía tenemos mucho que aprender de él-, Da Vinci vivió en el Renacimiento, una época histórica que abarcó aproximadamente desde el siglo XIV hasta el siglo XVI. Durante este período, las terminologías “robots” e “inteligencia artificial” no existían en el sentido moderno en el que las conocemos hoy en día.

Dedicó su tiempo a examinar cada parte del cuerpo, desde los músculos hasta los huesos, y exploró la mecánica del movimiento. Su investigación y estudio minucioso pueden considerarse una forma temprana de las ciencias biomédicas. Si bien el término “inteligencia artificial” no se aplicaba en su época. El genio Da Vinci manifestó su interés por crear máquinas con características inteligentes, se dedicó a diseñar máquinas voladoras, tratando de emular el vuelo de las aves y comprender el funcionamiento de la naturaleza desde una perspectiva de ingeniería y mecánica.

Sus visiones eran futuristas, fuera de su época, como lo demuestran sus dibujos y escritos. En muchos sentidos, Da Vinci anticipó cómo el avance de la tecnología permitiría la creación de la inteligencia artificial. Sus prototipos de autómatas, basados en su investigación del cuerpo humano, lo convierten en un pionero de la inteligencia artificial tal como la conocemos hoy en día. Si bien hemos destacado las contribuciones de Da Vinci, se debe resaltar la milenaria cultura china, pioneros en prototipos relacionados con la inteligencia artificial. Los chinos crearon autómatas de madera, mucho antes que Da Vinci, estos podían tocar música y realizar movimientos, mientras que los antiguos egipcios desarrollaron relojes de agua y arena. En la antigua Grecia el inventor Herón de Alejandría, quien vivió en el siglo I, DC. desarrolló autómatas que asombraron a la gente de su época. (https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0210-48062007000200001)

En época más reciente cabe destacar al inventor francés Jacques de Vaucanson, inventor y mecánico francés del siglo XVIII, nació el 24 de febrero de 1709 en Grenoble, Francia, y falleció el 21 de noviembre de 1782 en París. Vaucanson es conocido por sus contribuciones en el campo de la automatización y la creación de autómatas mecánicos. Vaucanson se destacó por su habilidad para diseñar y construir autómatas ingeniosos y complejos. Su obra más famosa es el ‘Flautista’, también conocido como ‘El Flautista de Vaucanson’, creado en 1737. Este autómata tenía la capacidad de tocar melodías en una flauta real con una precisión sorprendente” (Enciclopedia Británica). La creación de máquinas con características humanas ha sido una aspiración de nuestra especie.

En la actualidad, hay una creciente preocupación a nivel mundial sobre el rápido avance de la inteligencia artificial (IA), y reconocidos empresarios y científicos han hecho un llamado a limitar su desarrollo. Estas preocupaciones están relacionadas con el hecho de que la IA pueda superar la inteligencia humana y llegar a tener un control sobre nosotros. Además, existe la inquietud de que la adopción masiva de la IA pueda resultar en la pérdida de empleos, ya que muchas tareas que actualmente realizamos los seres humanos podrían ser reemplazadas por sistemas automatizados.  Otro motivo de preocupación radica en el uso de la IA por parte de países en el ámbito de la industria militar, ya que el control de esta tecnología podría otorgarles un poder desproporcionado sobre el resto de la humanidad. Estas inquietudes han impulsado un llamado a la reflexión sobre el desarrollo responsable y ético de la IA, así como a la necesidad imperante de establecer marcos regulatorios adecuados para abordar estos desafíos de manera efectiva.

El uso de la IA es un sueño de la humanidad que se hace realidad, somos testigos y hasta usuarios de estos avances. Posiblemente Da Vinci estaría fascinado de poder usar la tecnología actual para mejorar sus prototipos y poner en marcha sus inventos. Da Vinci nos ha demostrado que crear un futuro utópico es posible, pero requiere desafiar los actuales paradigmas de la educación y estar a la altura de una nueva era.

La IA debe estar al servicio de la humanidad, siguiendo las “Tres Leyes de la Robótica”, propuesta por Isaac de Asimov en sus libros de ciencia ficción: Primera Ley: Un robot no hará daño a un ser humano, ni permitirá, por inacción, que un ser humano sufra daño. Segunda Ley: Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entraran en conflicto con la Primera Ley. Tercera Ley: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley.  Y usted que opina, ¿cree que estamos listos para usar la IA en beneficio de la humanidad o todo lo contrario?

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