Cuentan los primeros españoles que avistaron la belleza y hermosura que hoy se conoce nuestro Valle de Sula, al verlo, admirados desde una altura de El Merendón, le nombraron Valle de Pájaros, y años después, con el nombre de Tierra de Laureles y Zorzales.
Con el correr de los años nuestra ciudad se ofrece a propios y extraños como un JARDÍN FLORIDO, donde abundan las flores, plantas y aves que sobresalen entre el verdor de las montañas y ríos que la rodean. El poeta Manuel Escoto, pionero de la radiodifusión nacional, en el año de 1929, desde su pequeña radio bautizó a la ciudad como Ciudad de los Laureles y de los Zorzales, resaltando la belleza de los jardines sampedranos.
Paseando por nuestras calles, los que apreciamos la flora y fauna , los árboles y la riqueza de nuestros ríos que rodean el Valle de Sula, nos encontramos, entre otros, flores como macuelizos rosados y de otros colores, al igual que los napoleones llamados buganvilias, cañafístola que nos regala por todas partes gajos de flores amarillas que alfombran aceras en estos días, la ixora de la que han numerosas variedades, corona de Cristo en maceteros de los hogares sampedranos, donde siempre hay flores y frutas, los laureles que se deberían promover, pues hay más de 20 variedades, las acacias con sus brillantes colores, el ginger rojo, la bellísima enredadera de nuestros cercos, de la montaña de El Merendón, vienen nuestros cartuchos blancos, y las varitas de San José o nardos, la flor de Lis y numerosas hojas de corazones, y verdes , la flor de la canela, la caña, el frijol, naranjas, limones, nances, guayabas, guanábana y los mangos que hasta en nuestras calles se encuentran. Revise, querido lector, y agréguelo a esta pequeña lista.
TAREAS POR HACER SIEMPRE:
Se deben mantener por parte de las autoridades de las municipalidades, en cada lugar, un vivero municipal, apoyo al programa de huertos familiares, y mantener la idea de construir en ciudades importantes, jardines botánicos y parques ecológicos, que identifiquen nuestras ciudades.
Cuidemos El Merendón, es una tarea de todos los sampedranos y ciudades que atraviesa; en Fundación Merendón, en la que se han restaurado áreas depredadas con proyectos agroforestales, cacao, frutales y maderables y recuperación de los principales afluentes de sus ríos, especialmente el Manchaguala, río Frío, El Palmar, etc. De esa bendita montaña recibimos verduras de toda clase, frutas, granos básicos, flores, y sobre todo el agua que está garantizada para la población. Se necesita mayor apoyo, que el brindado por dos empresas destacadas por su responsabilidad empresarial, y demandamos apoyo también del Gobierno, comprometido con la protección ambiental de todo el país.
