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jueves, abril 25, 2024

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y EL DERECHO

Cuando se busca esclarecer la verdad en un juicio ante los tribunales, la prueba es la piedra angular de todo el proceso.

Claro que se parte de un simple principio: ¿hay una disposición legal que otorga el derecho a incoar la acción judicial? Eso sin duda, es el punto de partida, pero ya iniciada la disputa legal, la prueba lo es todo. Absolutamente todo.

Dejando a un lado, por cuestiones de espacio y tiempo, todo lo que los tratadistas han desarrollado sobre la prueba como la legalidad, la oportunidad en que se ofrece, el trato o manejo que se le da, la cadena de custodia, etc., la idoneidad para probar un hecho es lo toral en una sentencia.

Ahora con la inteligencia artificial realmente me preocupa mucho las ilegalidades en relación a la prueba que se podrían llegar a cometer, y si tenemos la gente capacitada y los instrumentos para poder detectar cuando un audio, un video, una fotografía son falsos.

Con la inteligencia artificial se puede poner el rostro de una persona en el cuerpo de otra y hacerlo parecer tan natural, orgánico, creíble y cometer cualquier fechoría. Son muchas las actrices que aparecen en videoclips pornos y todo debido al “deep fake”, como se le hace llamar a ese montaje de rostros. Con una tecnología así de cruel y nefasta se pueden “probar” infidelidades, conductas deshonestas, acciones perjudiciales y destrozar una vida para siempre.

Al presidente ucraniano Volodímir Zelenski ya le hicieron una pasada de esas. Armaron un video totalmente falso en el cual aparecía una imagen, tan natural como falsa, de él llamando a las tropas ucranianas a dejar las armas porque los rusos estaban ganando la guerra y ya no tenía ningún sentido seguir pelear por le país.

A Emma Watson, la famosa Hermione de la saga de Harry Potter, también le hicieron una bromita de esas poniendo su rostro en el cuerpo de una actriz porno y el resto ustedes ya se lo podrán imaginar.

La inteligencia artificial y el famoso chat GPT, junto a algunos programas específicos de imágenes, videos, etc., pueden crear en instantes libros, tesis, documentos, también se pueden hacer presentaciones en Power Point, pasquines de caricaturas, pequeñas películas, crear macros para diferentes aplicaciones o programas, también se pueden crear estrategias para combatir el cambio climático, mejorar la economía de una país o un simple plan de negocios para una cafetería, con todo y su plan de marketing, logo, slogan y hasta el diseño de interiores del negocio.

Una de las cosas más graves que a mi parece puede afectar el curso de un caso judicial y desembocar en una total injusticia es falsear la voz de una persona. En no pocos casos una llamada telefónica o un mensaje de voz ha sido determinante para encarcelar a alguien, por ejemplo, en delitos de secuestro o extorsión. Esto podría ser terrible en el caso de que personas con suficiente maldad en sus cabezas, el tiempo y dinero disponible, puedan crear una falsa prueba contra alguna persona y hundirla por años en prisión.

La modernidad y sus pasos de gigante son indetenibles, es así, la historia está construida con su andar. Pelear contra ella es inútil, un absurdo total. Ni siquiera ha sido posible detenerla en el avance de cosas tan perjudiciales como las armas y las drogas. No se diga, entonces, que en temas de tecnología la modernidad es un tropel imparable.

La cuestión, como dicen los estudiosos, no es temerle a la IA, sino domesticarla, imponer reglas, educar a las personas, y así debe ser en materia probatoria, de manera urgente, antes que sea utilizada para engañar a los jueces y magistrados, para manipular la información en los medios de comunicación, para destruir personas.

La famosa locución de un jovencísimo Orson Wells a mediados del siglo pasado, hizo creer a millones de estadounidenses que la nación del norte estaba siendo invadida por extraterrestres, pero, sobre todo, demostró el poder de la mentira y su capacidad de expandirse en cuestión de segundos utilizando una simple estación de radio. Ahora estamos en la orilla de la historia, un desplazamiento de placas teutónicas está sucediendo bajo nuestros pies, ante nuestros ojos, y hay que preguntarnos con series, ¿qué tan preparados estamos para esta nueva etapa?

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