Las palabras adquieren fuerza de vida cuando provienen de personalidades de calificada certeza y autoridad sobre las referentes materias o disciplinas del saber humano, ejerciendo envoltura y revestimiento a las masas populares, descansado poco a poco en condiciones factibles o de potencial ejecución.
Las expresiones innecesarias y confusas pronunciadas sin sustancia, por ciertos políticos, se agotan en tiempo y espacio, convirtiéndose en simples instructivos teóricos que no tienen ninguna validez. Son reprimendas o sermones que no inquietan, sino que, por el contrario, son aspiraciones, proyectos y métodos sencillos sin influencia, preminencia o predominio futurista de alta calidad.
La demagogia y atracción sin medular importancia, establecen cuerpos inciertos, elásticos y desproporcionados, sin inigualable poderío de recomendada moderación o vigorosa templanza.
Un ejemplar Gobierno se distingue por las obras realizadas, cuyo inspiración o numen patriótico emerge con inteligencia, esmerado manejo e imponente inspiración a favor de los justos reclamos de los diversos sectores sociales, de manera especial, por aquellos marginados del adelanto y expansión, todo lo anterior, sin compromisos o fatales ataduras que impiden el crecimiento seguro y paulatino de los pueblos. A las muchedumbres les gusta que mande alguien que les reconozca sus tradiciones, temperamento, carácter y costumbres en la gloriosa ruta de las resoluciones favorables de bonanza, propicias oportunidades de empleo, paz y tranquilidad por entero.
Los distintos líderes, guías o conductores del país, tienen que conseguir la unidad y simpatía del todo el conglomerado hondureño, con los sinceros deseos de lograr la bienandanza y fortuna general. Sin discusiones hacer lo contrario, equivale a un imperioso y fuerte reclamo de la comunidad por el no cumplimiento de los razonables objetivos prometidos.
Hay que extirpar o disminuir la corrupción, el latrocinio de los empleados y funcionarios públicos, la defraudación y evasión fiscal, como las fatales actividades de la delincuencia.
Para los complicados o intrincados caminos hacia el bienestar, es indispensable lograr el mantenimiento de la libertad de expresión, la independencia en las opiniones, el desarrollo de los servicios públicos, la reactivación productiva, viviendas dignas, educación eficiente, seguridad social, prestación de valores de salubridad con medicamentos, congelamiento de precios para los artículos o productos de consumo popular, calidad de mercancías, y otras acciones de similar condición, son de importancia básica dentro la esencia de un sistema democrático y representativo.
El destino de Honduras se localiza en las manos de los gobernantes.
ERNESTO ALVARADO REINA
