Ubaldo Félix Rodríguez Chinchilla
El 11 de diciembre del presente año, se cumplieron 197 años de servicio al pueblo hondureño por parte de mujeres y hombres de honor que forman parte del glorioso Ejército de Honduras, orgullosos legatarios del General Francisco Morazán y el General José Trinidad Cabañas. Soldados del Ejército, defensores de la soberanía e históricos custodios de las armas del pueblo, para el día que se requieran en la legítima defensa del territorio nacional.
Misión cumplida, la moral está alta en el Ejército, gracias al interés por el bienestar del personal de parte del Alto Mando de las Fuerzas Armadas de Honduras y en específico del Señor Comandante del Ejército. Invirtieron en el recurso más valioso de la institución castrense. Sus soldados, patriotas, profesionales militares hondureños, con sólidos principios éticos y valores morales, que les permiten al final de la jornada, ser ejemplo en la sociedad, de cómo se ama a Honduras con la convicción del respeto irrestricto a la ley, sobre todo los Derechos Humanos y la satisfacción por el deber cumplido, ante Dios, la Patria y su Pueblo.
El Ejército es la fuerza por excelencia responsable de salvaguardar el espacio terrestre hondureño y de forma satisfactoria, también, integra con la Fuerza Aérea y la Fuerza Naval la acción conjunta de las Fuerzas Armadas de Honduras en la protección del territorio nacional. Esto a través de la permanente presencia y conducción de operaciones en zonas fronterizas, así como, en áreas de interés nacional, velando de esta forma por la integridad y la soberanía nacional y, además, contribuye significativamente en la paz interior de nuestro país y el desarrollo de sus habitantes, apoyando las acciones que realiza la Policía Militar de Orden Público y otras instituciones del Estado.
Soldados Infantes, Artilleros, Blindados, Ingenieros Militares, de Comunicaciones, Soldados, Fuerzas Especiales, de Inteligencia Militar y a los Operadores de los Sistemas Logísticos, el pueblo hondureño ha compartido con ustedes y puede dar fe de su profesionalismo y amor por la Patria, al cumplir cada una de las misiones encomendadas, y ello, no sería posible, sin su extraordinaria vocación de servicio, así como, de su lealtad, honor y sacrificio.
Este, es un reconocimiento al esfuerzo, dedicación y el espíritu militar que caracteriza al soldado hondureño y al excelente liderazgo estratégico de las máximas autoridades de las Fuerzas Armadas de Honduras, quienes dedicaron esfuerzos a mejorar las condiciones de vida y bienestar del personal bajo su mando, así mismo del equipo para operar de la mejor forma posible y de esta manera, el Ejército pueda decir ¡presente! Fuerte para proteger a Honduras y en tiempo de paz, ofrecer su mano amiga inclaudicable; con brigadas médicas, en la protección del medio ambiente y en operaciones humanitarias y de rescate ante las adversidades y contingencias provocadas por el hombre o la naturaleza.
El honor de ser Soldado del Ejército se porta con orgullo, siempre y cuando se haya actuado de la forma correcta y con la frente en alto, solamente para dirigir la vista hacia el cielo y agradecer a Dios por la oportunidad de servir a ese pueblo al que se deben, y nada mejor que, a ese honor y orgullo, se le sume la moral en alto.
Muchas gracias, Soldado Hondureño, y en esta ocasión especial al Soldado del Ejército; que el respeto y admiración de cada una de sus familias les motive a marchar siempre por el camino correcto, que Dios Todopoderoso les continúe bendiciendo y permitiendo servirle a ese pueblo que también les respeta y aprecia.
La moral está alta; se les observa contentos, llenos fervor y fuertes Soldados del Ejército; como debe ser un soldado adiestrado, respetuoso de la ley y con convicción hacia lo correcto. Sin lugar a duda, la mejor decisión, invertir en el recurso más importante del Ejército y de las Fuerzas Armadas de Honduras: su personal.
