27.4 C
Honduras
viernes, abril 26, 2024

E-EVOLUCIÓN: Ética aplicada a la inteligencia artificial

La ética desde la antigüedad ha formado parte del pensamiento filosófico del ser humano, todas las profesiones y oficios que ejercen los individuos, pasan por el cuestionamiento de lo que es correcto y lo que no lo es. Los valores que tengamos o dejemos de tener se fundamentan en la forma en que concebimos el mundo desde una perspectiva cultural y religiosa. La ética busca el bienestar de la sociedad, por lo que separa aquellas prácticas que puedan perjudicar o poner en riesgo a las personas y su ecosistema. La ética o la moral no siempre cuentan con leyes que las respalden, por ello, la autorregulación es la que prevalece.

Las leyes tienden a respaldar preceptos éticos, pero no siempre son sinónimo de lo correcto. Hace un siglo las mujeres no podían ejercer el sufragio, tampoco podían ocupar cargos públicos, las leyes respaldaban esto, no se consideraba arbitrario a los derechos humanos, sencillamente era lo que se acostumbraba. Así hay otro número de casos, como la esclavitud que por siglos en varias partes del mundo fue completamente legal, pero claro está para el grupo dominante de la época, que los tenían como parte de sus activos en sus haciendas y empresas.

Las transformaciones sociales, económicas y tecnológicas tienen gran influencia en la manera en que se desarrollan las sociedades.  Estamos experimentando la era de la informática, está presente en la mayoría de las actividades que realizamos. El planeta está interconectado a través de la red de redes, -el Internet- podemos observar la influencia de la informática desde las zonas más apartadas del planeta hasta las grandes urbes.

Regular los billones de terabytes de información es casi imposible, especialmente si estos pueden accederse de manera gratuita. Si lo vemos como una oportunidad, esto puede favorecer mucho al proceso de enseñanza-aprendizaje. En los países más atrasados las bibliotecas nunca fueron accesibles para todos, pero en la era de la información con un solo «click» se puede acceder de manera digital y gratuita a millones de libros, artículos, blogs, periódicos, y revistas, entre otros.

La inteligencia humana ha sido capaz de crear millones de inventos, de sobrevivir a situaciones de hambre, guerra, destrucción y violencia, haciendo uso de su propia sabiduría. Con el surgimiento de la inteligencia artificial (IA), estamos ante algo que anteriormente no se había registrado en la historia. El hecho de que a través de algoritmos un programa informático pueda simular la inteligencia que ha sido propia de los seres humanos, esa misma que nos ha distinguido de las otras especies y nos ha permitido de alguna manera dominar el mundo.

En este momento de la historia humana viajamos a lo desconocido, estamos transfiriendo el poder de la creación a una inteligencia artificial capaz de tomar decisiones por sí misma, se está avanzado de una IA débil a una más fuerte. La IA ha respondido a su programación, pero ahora está evolucionando, siendo capaz de tener pensamiento propio.

Partiendo que la IA es una creación del ser humano, que nuestra especie por siglos ha venido peleando contra su propia inclinación al bien o al mal, que los peores destrozos que se registran en la historia han sido producto de la ambición de personajes motivados por su maldad interior. Entonces surge la pregunta ¿es posible que la IA, capaz de tomar decisiones, pueda tener en su programación principios éticos, que impidan que se destruya al ser humano?

Lo anterior expuesto, parece salido de un libro de ciencia ficción de Issac Asimov, un reconocido escritor de ciencia ficción y académico norteamericano de origen judío, que, en 1950 escribió en uno de sus libros titulado “Yo Robot”, las tres leyes que debe regir la robótica. La primera, “un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño; la segunda, “un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes se oponen a la Primera Ley; y la tercera, “un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esa protección no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley.” Al cumplir con estas leyes, la humanidad estaría a salvo del mal uso de los robots inteligentes, pero sabemos que en la práctica esto no ocurrirá y tendrá que legislarse para evitar delitos ocasionado por la IA.

Tendrá que tomarse muy en serio el tema a nivel global, en la actualidad ya existen aproximaciones lideradas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), donde hacen recomendaciones para que la IA acate estándares éticos, en una publicación de dominio público “Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial” (2022), establecen una guía de valores y principios. El primer valor que exponen es: “Respeto, protección y promoción de los derechos humanos, las libertades fundamentales y la dignidad humana.” (https://www.unesco.org/es/legal-affairs/recommendation-ethics-artificial-intelligence)

Este tema está en pleno proceso, gestándose día a día, no hay una conclusión final, pero cierro con este pensamiento disruptivo de Elon Musk sobre la IA: “Es uno de los mayores riesgos para el futuro de la civilización.”

Mirna Isabel Rivera
[email protected]

Artículo anterior
Artículo siguiente
- Publicidad -spot_img

Más en Opinión: