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jueves, mayo 2, 2024

CUADRANDO EL CÍRCULO: Otra vez, encendidos por los apagones

Hace casi dos años, en esta columna cerebral, rota la escasa paciencia que nos queda, alebrestado, más bien encabronado por los constantes cortes del fluido eléctrico, cuestionaba que a pesar de que ese problema es de vieja data, poco se ha hecho por resolverlo y, en lugar de al menos paliarlo, la situación se agrava, calentando con esos apagones los ánimos ya electrizados de la población.

Preocupa, como siempre, la situación en el ente estatal responsable de proveer ese elemental servicio básico para la gente, porque, si bien el invento o descubrimiento de la energía eléctrica es indispensable para poder progresar, aquí en lugar de ir hacia adelante más bien pareciera que vamos para atrás.

Así, cobra sustento la afirmación de quienes argumentan que el descubrimiento de la electricidad posibilitó que se encendiera la vida de la gente, pero funcionarios que no hacen ni deciden, o lo hacen mal, con los constantes racionamientos incendian o caldean los ánimos de las personas.

Por supuesto, tiene que ver con lo que ocurre además de la desidia burocrática, las altas temperaturas, la falta de agua, el incremento en la demanda eléctrica y la poca capacidad para satisfacerla, además la nula generación de inversiones para atender el problema energético.

Hay que añadir también el inconmensurable daño económico en negocios de todo tipo que, por la misma razón no funcionan y también el daño al Estado pues cuando no hay producción, no hay ingresos, hay desempleo, y no se pagan impuestos o tributos.
Al respecto, el presidente de la Asociación Nacional de Mediana y Pequeña Industria de Honduras (Anmpih), Efraín Rodríguez, advierte que los constantes apagones y los frecuentes racionamientos e incrementos a la tarifa de energía eléctrica, además de generar incertidumbre alejan la inversión.

Esto preocupa, prosigue, porque los apagones afectan a gran cantidad de micro y pequeñas empresas que, como consecuencia de la suspensión en el servicio eléctrico ven dañada su maquinaria, equipos de trabajo, y registran millones de lempiras en pérdidas.

Adicionalmente los racionamientos de energía eléctrica anunciados o intempestivos generan mayores costos porque complica el período de producción y los compromisos que las micro y pequeñas empresas tienen con los clientes.

Honduras tiene una producción de mil 640 megavatios de energía eléctrica incapaz de abastecer el mercado y suplir la demanda en las horas pico que llega a mil 800 megas.
El también dirigente de los microempresarios, Victorino Carranza, demanda al Gobierno dar solución al problema energético porque el valle de Sula, es el brazo financiero de Honduras, y la industria es seriamente afectada por la falta de energía y la que hay es deficiente.

En tanto, el director ejecutivo del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Armando Urtecho, lamenta que los funcionarios de la estatal de energía no aceptan sugerencias del sector privado, por lo tanto el que sufre las consecuencias es el pueblo.
“Hay apagones porque no suscribieron una exoneración con Elcohsa para generar 80 megavatios; y hay otra señora allá en el Banco Central de Honduras que tiene paralizado el proyecto de El Tornillito, entonces felicitemos a esta gente”, ironiza.

Más allá de insultar o agredir a los burócratas responsables por el deterioro de electrodomésticos, provisiones refrigeradas echadas a perder, soporte de altas temperaturas, y el costo de comprar alimentos por no contar con energía eléctrica, mi preocupación pasa más por el riesgo o amenaza de un incendio provocado por esos apagones o los bajones en la corriente eléctrica, situación que pone en riesgo vidas.

Hay que agregar lo que ocurre en los hospitales o clínicas en donde, por causa de esos apagones o bajones del voltaje, se muere gente o se pone en peligro otras cuando los equipos necesarios no funcionan por falta de electricidad.

De tal problema dos son los únicos responsables: la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) y la Empresa Energía Honduras (EEH), elefantes blancos y monumentos a la deficiencia e inutilidad con la entrega deficiente y, por demás, cara del precario servicio de electricidad.

Adicional a eso hay que añadir el inconmensurable daño económico en negocios de todo tipo que, por la misma razón, no funcionan, y también el daño al Estado pues cuando no hay producción no hay ingresos, hay desempleo, y no se pagan impuestos o tributos.
Los perjuicios son muchos para todos, en el rubro productivo estimaciones del sector privado cuantifican en por lo menos 100 millones de lempiras las pérdidas que cada día provocan los apagones eléctricos.

De acuerdo con un reporte de la Cámara de Comercio e Industria de Cortés (CCIC), Honduras produce más de mil 300 millones de lempiras diarios, pero los cortes de energía  provocan que se deje de producir más de un cinco por ciento.
Lo que sucede con el suministro de electricidad para la mayoría de la población es un gran problema, para otros una tragedia cuando se queman sus casas o se les muere un pariente, y para los que representa a la EEH sigue siendo un lucrativo negocio, aunque deplorable servicio.

Ya lo decía Earl Warren, ex presidente de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos: “Ben Franklin puede haber descubierto la electricidad, pero el hombre que inventó el medidor es quien hizo el dinero”.

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