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Honduras
jueves, marzo 28, 2024

BIEN COMÚN

Por: Rodolfo Dumas Castillo
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Hace poco comentábamos que el contexto económico y geopolítico mundial le ofrecía a Honduras una oportunidad histórica de atraer inversiones aprovechando los procesos de “nearshoring” que impulsa Estados Unidos de América y que para lograrlo debemos hacer esfuerzos extraordinarios, implementando políticas públicas que sirvan para conquistar esas inversiones, sobre todo porque los demás países de la región también competirán por conseguirlas. Sobre ese tema, recientemente encontramos una nota de prensa que informaba lo siguiente: “México cuenta con las condiciones para que la relocalización de empresas o ‘nearshoring’ se concrete en la región de América del Norte, dijo la titular de la Secretaría de Economía (SE), Raquel Buenrostro Sánchez, al reunirse con su homóloga estadounidense, Gina Raimondo. Entre los temas que abordaron está la relocalización de empresas de Asia a América del Norte, así como el fortalecimiento de las cadenas de suministro, enfocando el diálogo en el sector de circuitos impresos y semiconductores.

Consideraron que la relocalización de empresas es una oportunidad histórica para el fortalecimiento e integración económica de América del Norte. Acordaron que a través del Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN) se fortalezca la coordinación para generar mejores condiciones y acelerar la llegada de nuevas inversiones a México. Buenrostro Sánchez destacó que el país cuenta con la disponibilidad de fuerza laboral con formación técnica, profesional y de investigación, así como mecanismos de coordinación interinstitucional para formar el talento laboral que requerirán las nuevas empresas que se establezcan en la región. Subrayaron la importancia de que la SE funja como ventanilla única para la atracción de capital y se encargue de orientar, acompañar y agilizar las gestiones, permisos y autorizaciones requeridos para el establecimiento de nuevas firmas en el territorio mexicano. Trabajarán para que en el primer bimestre de 2023 realicen una presentación conjunta ante el sector privado para difundir las oportunidades y los beneficios económicos y fiscales que ambos países ofrecen para la relocalización de empresas.”

Esto nos genera algunas dudas: ¿Qué gestiones realiza nuestro Gobierno para atraer inversiones producto del ‘nearshoring’? ¿Contamos con la fuerza laboral calificada para inversiones en circuitos impresos o semiconductores y, si no la tenemos, qué se hace para remediarlo? ¿Existen diálogos de alto nivel para generar mejores condiciones y acelerar la llegada de nuevas inversiones? ¿Qué mecanismos de coordinación interinstitucional y con el sector privado se desarrollan para formar el talento laboral que requerirán las empresas que busquen establecerse en Honduras? ¿Contamos con la infraestructura logística para reducir tiempos de entrega y convertirnos en opción eficiente en la cadena de suministros? ¿Cuáles son los beneficios económicos y fiscales que el país ofrecerá para la relocalización de empresas? ¿Qué mecanismos se han establecido para agilizar permisos, licencias y autorizaciones para que cualquier inversión pueda iniciar operaciones de manera expedita? Sobre esta última, hace algunos meses trascendió que el asesor presidencial Héctor Manuel Zelaya había ofrecido a inversionistas en Estados Unidos un sistema de “fast-track”, pero a esta fecha no conocemos ninguna iniciativa de ley para materializar esa idea que sin duda sería positiva. Lo hecho recientemente por la Secretaría de Desarrollo Económico para digitalizar procesos de Zona Libre también es positivo, ¡Ahora solo falta aplicarlo en toda la administración pública!

Se deben tomar decisiones urgentes e innovadoras para lograr los beneficios de un proceso que ya está en marcha, pero cuyos mayores beneficios estarán reservados para quienes respondan veloz y eficientemente a las necesidades de los inversionistas. México y el resto de la región ejecutan sus propias estrategias con premura porque entienden que el tiempo es corto pues la mayoría de relocalizaciones se harán en el primer semestre de 2023, por lo que cualquier gestión debe ejecutarse este año.

Las inversiones no llegan por decreto ni por nuestro cálido clima; se materializan donde existe cultura de legalidad, libertad económica, comunicaciones modernas, agilidad administrativa y recurso humano competente. Para capacitar la fuerza laboral el tiempo será insuficiente, pero nunca es tarde para impulsar reformas que eduquen a nuestra juventud para las exigencias de la economía globalizada. Nuestra proximidad al mercado estadounidense es una tremenda ventaja, pero ni por cerca suficiente para que una industria traslade sus operaciones a este país. Se debe meter el acelerador al máximo al proceso de simplificación administrativa, eliminando trámites y requisitos absurdos, tomando las mejores prácticas de otros países, sobre todo de donde se originan las inversiones extranjeras pues esas empresas tienen un marco regulatorio contra el cual comparar el nuestro y si no es igual o más eficiente elegirán otros destinos. ¿Será el 2023 el despegue económico de Honduras aprovechando el ‘nearshoring’ u otra oportunidad perdida?

 

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