ERNESTO ALVARADO REINA
Apartando los elementos dramáticos, la ira, la cizaña y las consideraciones injustas, inclinando el pensamiento a la simpatía y propensión hacia una verdadera e imponente actividad administrativa y manejo inteligente de las entidades gubernamentales, se consigue con gestiones inquietas, recomendaciones satisfactorias, propuestas inteligentes, unidas mediante afortunadas manifestaciones, que, en un sistema de vida, se propugne por una verdadera, real y positiva presteza de intenso impulso y beneficio a favor de las grandes mayorías, abarcando todos los sectores del tejido social, especialmente, aquellos marginados del progreso y expansión.
La inquebrantable, constante como invariable práctica expuesta a favor de la mayorías, es una expresión de la democracia funcional, republicana y participativa, de ninguna manera puede parecerse o asemejarse a un simple clientelismo político, ni mucho menos a una fundamental ayuda, sin costo alguno a favor de las instituciones de derecho público, similar a los partidos políticos tradicionales, Liberal y Nacional, o bien a las fuerzas cívicas emergentes o nuevas dentro del escenario hondureño, mismas que son: Unidad Democrática (UD), Partido de Innovación y Unidad (PINU), las famosas alianzas, la Democracia Cristiana, y otros de similar consideración. El imperio de las conciencias populares reclama verdadera paz, tranquilidad, conveniencia integral, caminando hacia nuevas rutas que mantengan el equilibrio dentro del curso de los acontecimientos y vertiginosa situación convulsa que impiden el desarrollo económico, social, financiero y de otras extensiones o latitudes similares. No solo es tratar de generar organismos o entidades de posible permanencia o estabilidad, para favorecer determinados círculos de poder, sino que por el contrario, se contrae a un acuerdo cuya metodología beneficie a todo el conglomerado nacional, evolucionando con ajustes vitales en cuanto a la resolución de los grandes problemas, permitiendo un sistema de garantías y derechos con ajustes vitales que sean unos cimentados lineamientos o programa de cambios, servicios y atención a todas las necesidades de la población con libertad, progreso y altura patriótica, sin compromisos o ligaduras de ninguna naturaleza o especie. La inestabilidad y el irrespeto a las leyes y los distintos ordenamientos jurídicos, equivale a una forma innecesaria, o bien presentan desconfianza y decidida conspiración contra la forma de Gobierno y un desacato manifiesto a la ejemplar conducta que debe existir entre gobernantes y gobernados, perfil o aspiración de un intenso trabajo, amor al país y una promoción con delicada esperanza por la búsqueda de un bienestar general. Por consiguiente, el guijarro angular que las masas populares reclaman está en relación directa e inmediata con el cumplimiento de las promesas expresadas en un plan oficial o administrativo, que tiene que cumplirse con eficacia y sin dilaciones, dentro de un abanico de oportunidades y alternativas de agradable solución.
La esperanza y ventaja de sustancial mejoramiento por el actual Gobierno que preside Iris Xiomara Castro Sarmiento es posible. El arreglo y resolución de las exigencias de los médicos y personal de salud y el problema magisterial es prioridad uno, y así otros problemas de mayor o menor transcendencia.
La herencia del pasado triste, las muestras de acciones deshonestas, intransigencia, el aumento de la criminalidad y corrupción, como fatal sucesión de un ambiente contaminado hay que disminuirlo con hechos y no palabras. La felicidad del pueblo radica en la honestidad de sus funcionarios y empleados públicos, vivencias que deben convertirse lógica y naturalmente en símbolos de permanente prosperidad y alegría para el pueblo hondureño.
El cumplimiento de las promesas ofrecidas son símbolos de probada transformación y auténtico respeto.
