Redacción. Un zoológico en Shanwei, China, ha generado controversia tras admitir que sus supuestos pandas eran, en realidad, perros chow chow pintados de blanco y negro.
La situación se destapó cuando los visitantes comenzaron a notar comportamientos inusuales en los animales, que empezaron a jadear y ladrar, lo que llevó a denuncias de que no eran verdaderos pandas.
Ante la presión, los responsables del zoológico reconocieron que habían pintado a los perros para que se parecieran a pandas.
Al principio, el zoológico intentó justificarlo afirmando que los animales eran una «raza única» llamada «perros panda».
Sin embargo, pronto se descubrió que no eran más que chow chows con pelaje teñido. Los administradores admitieron que no contaban con pandas reales y que habían utilizado esta táctica con la esperanza de atraer más visitantes.
«Usamos un tinte natural en los perros, ya que tienen pelaje largo. La idea de pintarlos como pandas la vimos en internet», explicó un portavoz del zoológico.
NEW: China zoo forced to admit the truth after one of their “pandas” started panting and barking.
The Shanwei zoo admits they painted dogs white and black to make them look like pandas.
The zoo initially tried claiming that the dogs were a unique breed of pandas called… pic.twitter.com/MMoQLD7zuR
— Collin Rugg (@CollinRugg) September 19, 2024
También afirmaron que esta estrategia buscaba «aumentar la diversión» y el interés en el lugar.
No obstante, esta justificación ha provocado indignación entre los visitantes y defensores de los animales, quienes consideran que se trata de un engaño y un maltrato hacia los perros.
No es primera vez
Este no es un caso aislado; en mayo pasado, un zoológico en Jiangsu también fue criticado por exhibir cachorros pintados como pandas, lo que indica que esta práctica engañosa se está volviendo más común en algunos zoológicos de China.
A nivel mundial, estas situaciones generan preocupación sobre la ética y el bienestar animal en zoológicos que utilizan tácticas cuestionables para atraer público.
El uso de perros disfrazados ha suscitado un debate sobre los límites de la creatividad y las responsabilidades de los zoológicos en el cuidado de los animales.