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Honduras
miércoles, mayo 15, 2024

Urgente recuperación agrícola e industrial

ERNESTO ALVARADO REINA

Nuestro país ha sido golpeado de manera sorpresiva, inesperada y dramática por una cantidad de fenómenos naturales que ameritan la intervención oportuna, enérgica y eficiente de todas las autoridades o entidades de diversa índole, con la finalidad de lograr un sustancial mejoramiento especialmente para los sectores agrícolas e industriales, que son herramientas vitales de atención y espacioso progreso y crecimiento a lo extenso y ancho del territorio nacional.

La inmensa cantidad agua por lluvias dejadas por el famoso huracán “Julia”, las tremendas depresiones tropicales denominadas Eta y Iota, así como también otros inesperados males, que contribuyeron a lastimar o  estropear la estructura agraria y la cantidad de diversos cultivos que, con tanto valor, sacrificio, denuedo, privaciones y otras condiciones o ambientes de similar naturaleza, tienen  los agricultores, emprendedores y un sinnúmero de valerosos  campesinos y empresas dedicadas a esta clase de rubros o secciones de gran validez, cuyo producto sirven  para la subsistencia de una cantidad de familiares o entornos familiares, ubicadas en las distintas zonas de la geografía nacional hondureña.

No podemos desconocer que la columna de formación de organizaciones y grupos al lado de un noble afán y objetivos reales de ayudar aportando una función de perfeccionamiento, que, a su vez, trasfiere como resultado los mejores y elogiosas atenciones para toda la ciudadanía, sin distingo de alguna especie o consideración.  Si observamos en forma detenida y con amplia reflexión la existencia de una enorme labor que presupone la oportuna y meritoria labor de los organismos gubernativos, sin escatimar esfuerzo alguno. Y, asimismo, si con verdadero conocimiento miramos u observamos imparcialmente la situación actual de la nación hondureña, llegamos a la conclusión que hay que realizar una enorme labor de promoción, asesoramiento y ayuda desinteresada, al caminar por los senderos o atajos en la dimensión esperada. La producción y la productividad son parajes de gran activación, máxime con los leñazos o golpes sufridos por los deformes naturales, que impiden el desarrollo económico y social de los pueblos.  La protección y admirable asistencia o ayuda no puede faltar en todos los niveles existentes de nuestro tejido social. Es evidente que lo señalado genera derivaciones fatales, si no hay una indiferencia e inactiva y no ponderada labor de mejoramiento fundamental y proporcionado servicio que germine o garantice la salvaguardia de la colectividad y perspectiva de una mayor extensión o campo de operación de mayor tutelaje, con mecanismos legales de mejor colocación, socorro y ayuda o empleo, sin limitaciones o impedimentos. La gama extensa de derechos y obligaciones está dentro de la estructura jurídica de un país regido por leyes como Honduras, bajo un régimen constitucional y participativo.

El vigor de la niñez, la pujanza de la juventud y la experiencia de la vejez, forman el trinomio perfecto para consolidar una política de madurez cívica, inapreciable atrevimiento, altura despegada y voluntad popular de mejoramiento como genuina proyección de sensibilidad humana, mutua y general.

La reforma agraria es un proceso integral. De conformidad con la Constitución de la República: “La producción agropecuaria debe orientarse preferentemente a la satisfacción de las necesidades alimentarias de la población hondureña, dentro de una política de abastecimiento adecuado y preciso justos para el productor y el consumidor.” Artículo 347.

EL cumplimiento de los derechos y el correcto ejercicio de las obligaciones son la piedra o pedestal angular de crecimiento sin conexiones, ataduras o infecundos sometimientos.

Todo sea por la patria, la cultura y el bienestar por entero.

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