Uno de los temores más fuertes que despierta el desarrollo acelerado de la inteligencia artificial y la robótica es que muchos empleos se perderán o que ya se están perdiendo. Sin embargo, ya estas tecnologías forman parte de nuestra vida cotidiana, solo con el uso de los celulares y sus aplicaciones tenemos la inteligencia artificial literalmente en nuestras manos.
Los expertos en estos temas reconocen las ventajas y desventajas de estas nuevas tecnologías. La automatización impulsada por la IA y la robótica pueden contribuir en tareas repetitivas o sea tareas rutinarias. Las nuevas oportunidades laborales, para los ingenieros y técnicos en informática y robótica que deberán darles mantenimiento a estos equipos. En muchos casos, la IA y la robótica están diseñadas para complementar las habilidades humanas en lugar de reemplazarlas por completo. La colaboración entre humanos y máquinas puede mejorar la eficiencia y la calidad del trabajo.
En la actualidad, la incorporación de tecnologías como la robótica y la automatización se ha vuelto esencial en diversos sectores, especialmente en aquellos que requieren tareas repetitivas y físicamente exigentes, como ocurre en el sector caficultor o en la industria azucarera. Estos avances tecnológicos no solo aumentan la eficiencia, sino que también abordan desafíos relacionados con la disponibilidad de mano de obra no especializada.
En países como Honduras, donde históricamente la falta de empleo ha llevado a la emigración en busca de mejores oportunidades, la introducción de tecnologías automatizadas podría generar un impacto significativo. La combinación de bajos salarios y preocupaciones por la inseguridad ha afectado diversas industrias, incluyendo la de restaurantes que no encuentran suficiente recurso humano para laborar. Esta transformación se refleja en un fenómeno global, donde la adopción de robots en la industria alimentaria es cada vez más evidente.
Es imperativo reconocer que, si bien la adopción de tecnologías automatizadas ofrece eficiencia y reduce costos operativos, también plantea preguntas críticas sobre el impacto social y laboral. La migración hacia la automatización en el sector agrícola y de servicios en Honduras es un paso significativo, pero debe ir de la mano con estrategias para abordar la capacitación de la fuerza laboral y garantizar que los beneficios de esta transformación se distribuyan equitativamente.
¿Se imagina un brazo robótico preparando su hamburguesa y papas fritas?, ¿o un robot haciendo el trabajo de un camarero en un restaurante? Bien, como saben, ya esto ocurre, hay una industria que está fabricando este tipo de artefactos, cada día son más perfeccionados. Se han hecho investigaciones para conocer el nivel de aceptación entre los clientes y no hay resistencia, más bien están abiertos a esta nueva experiencia.
En naciones asiáticas como Japón, la experimentación con robots, incluso en la hospitalidad, ha sido notable. Iniciativas similares se aprecian en los Estados Unidos, donde la automatización se convierte en respuesta a la necesidad de eficiencia y rapidez en el servicio.
Aunque la implementación de robots en la prestación de servicios en restaurantes en Honduras está en sus primeras etapas, la tendencia global apunta a un cambio en la dinámica laboral. En San Pedro Sula funciona un restaurante que utiliza la automatización robótica, situándose como pioneros en la industria 4.0, que es la cuarta generación de la industria tecnológica, “es como comparar el 5G de los celulares ahora, contra un 4G de antes…” explica el ingeniero José Ortiz que logró crear e implementar este sistema durante la pandemia de laCOVID-19, en un negocio familiar innovador.
Es imparable el avance de la inteligencia artificial, la automatización y la robótica. Aunque la preocupación por la pérdida de empleos tiene fundamento, la integración de estas tecnologías en diversos sectores nos muestra como una realidad inevitable. La coexistencia armoniosa entre humanos y máquinas, buscando la complementariedad en lugar de la substitución total, podría ser la clave para aprovechar al máximo los beneficios de la automatización.
