Resulta interesante el hecho que siempre vemos a nuestra competencia con celo y terror, cuando hay un hecho que difícilmente podremos cambiar, siempre los tendremos, aunque no lo queramos. Y es entendible. Resulta fastidioso saber que nos copien productos que con mucho esmero hemos creado. O bien, que hablen mal de nosotros, en sus argumentos de ventas, pese a que uno procura no determinarlos.
Deseo compartirle algunas herramientas que, como emprendedor, pueden ayudarle a que sean ellos mismos los que lo impulsen a vender más y potenciar su negocio, teniendo la tranquilidad que puede hacerlo sin remordimientos pues, seguramente ellos ya lo están haciendo.
Lo primero, es a lo que nosotros llamamos “benchmarking”, o bien seguirlos, espiarlos, como usted desee llamarlo, pero no con el interés de amargarse, sino que con un deseo genuino de aprender. Monitorear la competencia es una herramienta útil para determinar el comportamiento del consumidor, que muchas veces es cambiante.
Hoy día también existen muchas herramientas digitales que le permiten ver qué actividades realizan en lo digital y así poder saber hacia dónde se están moviendo y decidir así, si le conviene o no, moverse en la misma dirección. Lo otro que resulta muy útil, es en lugar de improvisar ¡inspírese en la competencia!
Seguramente usted puede detectar productos, o servicios, que ellos no estén brindando y los clientes estén buscando. Así como reconocer sus fortalezas y detectar sus debilidades para que usted pueda establecerlo como diferenciador. Si detecta que su competencia tiene pésimo servicio al cliente ¡inspírese a potenciar el suyo!, y verá cómo haberles detectado eso lo impulsa a obtener preferencia en los clientes.
Otra herramienta útil es verificar qué espacios o formatos están usando para conectar con el cliente. Repito, no se trata de copiarlos, se trata de ver cómo los mejora. Si ellos están usando muchas redes sociales, ¡vea qué puede sumar o moverse para conectar con ellos! Revise los puntos de venta, góndolas, cualquier lugar y piense: si así se conecta con los clientes, ¿cómo podría hacerlo yo?
Y, por último, aprenda a escuchar qué está diciendo la gente de su competencia. Repito, muchas veces nosotros mismos bloqueamos a las personas que nos comenten cosas buenas de nuestro competidor ¡perdiéndonos de entender que nos está diciendo un punto donde percibe valor!
Mi mentor de mercadeo me enseñó un día: “aprendé a vivir con la competencia, siempre hay peces en el río, para todos, pero no perdás de vista que ellos también quieren vender y puede ser de mucho aprendizaje que sean ellos mismos quienes nos enseñen lo que nosotros hacemos mal”.
Pensar así, para mí, es abrazar el proceso de mejora continua, es someterse con mucha humildad a sacar lecciones buenas y muchas veces dolorosas de lo que la competencia sí está haciendo bien. Eso sí, si usted aprende a amar este proceso, le aseguro años de éxito en el mercado, porque los gustos y preferencias del consumidor cambian de manera constante.
No podemos vivir en una burbuja creyendo que lo sabemos todo y todo lo hacemos bien. O que ya sabemos lo que nuestros clientes desean, ¡nos desean a nosotros! Me gusta corroborar mucho cuando consulto a mis clientes ¿cómo se ve en el mercado?, y ellos me contestan ¡líderes!, cuando ambos sabemos no es así.
Ponga a trabajar a su competencia, pregúnteles: ¿qué lección me vas a enseñar hoy? Le aseguro que de esta manera usted aprenderá mucho más de su consumidor. Recuerde, es su consumidor quien le compra, no la competencia.
¡Es bueno tener siempre en mente eso, para no perderse!
