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Honduras
miércoles, mayo 15, 2024

Salto mortal

La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) ha entregado un valioso documento de análisis coyuntural de la realidad actual en nuestro país denunciando que aún hay ciertas nieblas no se quieren disipar. No vamos a caer en la trampa de la polarización, pero el disenso es deseable en una democracia, siempre y cuando no raye en la ofensa. Siempre la CEH se manifiesta en un comunicado donde entrega a la consideración ciudadana su punto de vista y para hacer esto no es con opiniones fácticas o caprichosas que se redacta. Los obispos y sacerdotes católicos tienen un altísimo grado académico, llegando incluso algunos a ser abogados, doctores en matemáticas, en astrofísica y otras disciplinas de la ciencia y cultura, es decir, no son cualquier perico de los palotes.

Lo que ha –en definitiva- causado un poquito de revuelo, quizá de manera marginal, es la hipersensibilidad de dos diputados, una diputada, la cual también
es muy preparada académicamente (es odontóloga), y el otro que es un caballero (que ostenta título de ingeniero en sistemas) que funge la Presidencia de ese Poder del Estado, han reaccionado casi como con anafilaxia extrema al criticar las denuncias de los obispos de Honduras. Han manifestado su malestar con señalamientos ante lo que supuestamente “no se ha dicho de parte de la CEH” en función de lo que ella –en específico- ha llamado “la dictadura”, obviamente se refiere a los 8 años del gobierno anterior y el diputado se atrevió a mandarles a callar a los obispos, eso nos recuerda la actitud de don Daniel Ortega en Nicaragua, es como si le alguien le movió los resortes desde una agenda exótica y eso es peligroso.

Allí lo difícil está en desvirtuar esos comunicados, ya la Conferencia Episcopal sí se manifestó contra las truculencias de aquellos entonces, han servido para llamar a la población a la cordura cuando todo se desborda. Entonces eso da pie para hacer reclamos mutuos, por ejemplo, ¿por qué callan los diputados de Libre viendo el nepotismo dentro del Gobierno?, y solo es un ejemplo, un planteamiento de una posibilidad si se quiere uno rebajar a esos niveles de intolerancia y esa no es la idea.

Lo deseable es rescatar las voces que denuncian, incluso la voz de esta diputada que siempre ha sido de las más beligerantes con propuestas serias y algunas fuera de contexto y que, por cierto, aún no se ven los resultados en las calles y comunidades en función de los asesinatos contra las mujeres y que esa fue una de sus banderas de lucha electoral.

Lo recomendable, tal como lo cita el mismo Evangelio, es ir por instancias
desde lo privado a lo público hasta que la inconformidad de ambos y cualquier ciudadano sirva para dar frutos de bienestar a la población, de otro modo solo sirve de combustible para atizar el fuego de la anarquía potencial que se cierne sobre nuestro país. La Iglesia no está para hacer juegos políticos, simplemente ilumina la realidad desde la Buena Nueva de la salvación del alma humana, esa es su misión por ello siempre denuncia, por ejemplo, a
la corrupción sin acometer con la grosería de mencionar nombres, sabiendo que Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador y espera que se convierta. Sugerimos pues, respetuosamente a ambos, y a cualquier ciudadano inconforme, que visiten a los obispos, que les hagan ver su malestar y estamos seguros que será atendidos con mucho gusto y caridad sumado a que serían recibidos con el respeto y honor que merecen, cosa que es muy diferente a pegar gritos viscerales.

 

EditorialSalto mortal

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