Por: Ernesto Alvarado Reina
Abogado y notario
Las preocupaciones e inquietudes de los que tienen el privilegio de dirigir los destinos de una nación, poseen credibilidad, certeza y confianza en la comunidad, si el curso de sus objetivos y acciones se asientan en la paz, los ajustes vitales, la convivencia integral, para lograr en un futuro cercano, el perfeccionamiento mediante un formal como legítimo desarrollo sostenible, social, desprovisto de privilegios y prebendas o canonjías especiales, haciendo posible los planteamientos mediante organización, autoridad y orden, que conduzcan a la estabilidad, organización institucional, humedecida de garantías con desenvolvimiento armonioso, normal progreso y disciplina, por medio del ejercicio de las actividades propias de sus cargos y consecuente metodología con características propias, tomando en consideración sin lugar a dudas, la resolución de los grandes problemas nacionales, vislumbrando una conducta gubernamental de gran altura patriótica.
Es interesante señalar que a medida en que la historia avanza y los tiempos cambian, el sistema de Gobierno hondureño tiene que mejorar de manera notable, sustancial y sin ninguna mezcla de sustancias sucias o perjudiciales traduciendo una versión peculiar que demuestra el espíritu de colaboración colectiva.
El diálogo y la cooperación o contribución por entero de la ciudadanía, exigiendo sus justos derechos, supone la esperanza de una vigilancia que conduce por los senderos de las libertades públicas, dentro de un ambiente de tranquilidad, armonía, combatiendo la corrupción de los empleados y funcionarios públicos, sin importar su posición, patrimonio, riqueza, padrinazgo políticos y otras condiciones o circunstancias de similar naturaleza. Un pretendido liderazgo con facilidad de palabra unido con extorsiones y canonjías posteriores.
El dominio popular de las ciudades, municipios y aldeas de todo el territorio hondureño, con aptitudes coordinadas denotando, atención en los campos de Salud, educación, cultura, arte y precisa y refinada doctrina a favor de las clases sociales más necesidades denota respeto, ejemplar consideración y orgulloso, convencimiento no mutilado por los odiosos signos de extorsión, inseguridad y carencia de pensamientos de felicidad y facilidad que conducen al éxito, uniendo la familia hondureña y es la voz de la población, traducción espontánea y debida consideración a todos los semejantes con enunciación o declaración clara y precisa de ayuda clara y desinteresada.
El sistema democrático y representativo se caracteriza por atender las necesidades o insuficiencias de la gente, tales como la salud, instrucción, apertura de carreteras, finanzas o capital de trabajo para los campesinos y obreros, los servicios comunales y otras escaseces no menos importantes.
En conclusión, los pilares fundamentales de una genuina transformación con cambio esencial de bienestar y prosperidad se consiguen cuando el pueblo en una justa o contienda electoral elige a sus autoridades en una elección limpia trasparente.
El tiempo consagra los moldes de una coordinación de ideas externada, sin obstáculos, valladares cortapisas y limitaciones de ninguna formalidad o género especial.
Traemos a colación, las palabras del General Francisco Morazán, cuando en cierta ocasión expresó: “Porque la libertad haya recobrado el imperio del Orbe”.
