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sábado, abril 27, 2024

NADA TANTO PARA AHOGARSE EN LA ORILLA

Este refrán alude a un fatal desenlace que se produce después de tanto esfuerzo, cercanos de llegar a la meta, todo se acaba, la frase expresa un vasto esfuerzo realizado que, cuando estuvo a punto de consolidarse, más bien terminó. Muchos seres humanos, en alguna etapa de la vida, batallan por alcanzar metas que se han fijado.  “Luchan con sinceridad por alcanzar esos ideales”. Pero, lamentablemente, después de varios años de empeño y quizás algunos sacrificios, toman la decisión de abandonar todo. Podemos considerar dos enfoques en este refrán, uno, el que va orientado a seguir luchando por los sueños, motivándote a no abandonar y dos, el que te invita a valorar si vale la pena seguir nadando o si es viable considerar abandonar.

 

Muchas veces las personas se encuentran en un dilema, continuar o retroceder y la decisión dependerá del análisis de varios factores. Muchas veces lo que nos hace nadar a la orilla es la motivación interna o externa por hacer las cosas, pero al momento de estar en una posición segura simplemente no tenemos un plan establecido y nos hundimos, nos acostumbramos tanto al esfuerzo operativo del braseado para nadar que no sabemos que hacer el día que ya no es indispensable y perdemos el norte por no adaptarnos a un nuevo ritmo cercano a la orilla, cuando ya todo estaba más fácil. Muchos matrimonios se esfuerzan tanto en sus rutinas laborales, que llegan a tener el fruto esperado, pero una vez que comienzan a gozar de ese beneficio, simplemente pierden su matrimonio. El hogar se acaba en un abrir y cerrar de ojos; porque, alguno de los dos o ambos, consideran que hay ofertas mejores afuera. Muchas personas, al final del camino, tomaron la decisión de no hacer el último esfuerzo y se colocaron en la calzada a esperar dádivas o probar suerte.

Ahora bien, algunas veces podemos considerar que el aguantar maltratos, humillaciones o vejámenes es sinónimo de perseverancia, fe y esperanza, nadamos y nadamos contra corriente y aun así llegamos a la orilla, pero muchas veces tenemos en nuestra mente la pregunta: ¿valió la pena tanto esfuerzo? En algunas ocasiones nuestra victoria, no tiene un sabor tan agradable, porque hemos ganado a lo Pirro, haciendo alusión a la historia del conquistador Pirro de Epiro, un luchador que perdía mucho, pero ganaba sus batallas, lastimosamente a costa de cuantiosas pérdidas, de modo que el resultado le era funesto. Ganar a lo Pirro es cuando consideramos que se gana lo mínimo, pero al final de todo es una victoria.

 

En el dilema de continuar o detenerte, tú puedes nadar y nadar para llegar a la orilla, puedes seguir luchando, siempre y cuando ganar esa pelea no te haga perder la guerra, ya que algunas veces el costo es insufriblemente alto para la “alegría” que se obtendrá después. Aplica este artículo en varias áreas de tu vida, en el ámbito laboral, académico, social, interpersonal, empresarial, etc. Y recuerda que: “EL TIEMPO ES INVENTOR DE NOVEDADES Y DESCUBRIDOR DE VERDADES”.

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