Tuve el honor de asistir a una conferencia de negocios por parte de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés, la expositora, de origen colombiano, hablaba de los tiempos de evolución que tenemos los latinos después de la pandemia. Y es muy cierto, que, aunque ya no usamos mascarillas, o vivimos escuchando la palabra COVID-19 en las noticias, muchas cosas cambiaron para siempre.
Allí mencionó la expositora esta simpática palabra, donde nos decía que los consumidores nos hemos vuelto “Promohólicos”, es decir, adictos a las promociones. Como buen costeño, creí que solo en nuestras zonas era que acostumbrábamos a vivir pendientes de las promociones para comprar, pero a raíz de esta exposición veo que es en toda la región.
Nos hemos vuelto así, porque estamos en los tiempos de la compra inteligente. Nos encanta sentirnos que hemos hecho un buen negocio o una buena adquisición a través de la compra que hacemos. Y parte de ello, esperar las promociones.
Trabajé 15 años, como creativo, en la agencia que le hacía promociones a una de las tiendas más grandes de Honduras. Y desde ese entonces fuimos preparándonos para una codependencia a los descuentos, que logramos eliminar pero que terminó trasladándose en promoción.
Y esa es una realidad hoy en día. Amigos, emprendedores, empresarios, sin promociones hoy en día usted no vende. La gente quiere saber “¿qué más me das? Y he aquí donde se ocupa la creatividad. Mucha, mucha creatividad. Porque usted puede barrer su inventario con un descuento del cincuenta por ciento. Pero al mes siguiente se le cae la venta.
Y también, lo puede hacer una vez, con un éxito rotundo, la segunda y tercera vez, no será tan atractivo. Porque, no solo nos gustan las promociones, sino que queremos que sean nuevas, divertidas y casi, si se puede, que entretengan. Usted puede vender lo que sea, si le crea una buena promoción.
Aquí es donde los equipos creativos y de mercadeo deben saber llevar el pulso del mercado y algo que siempre he recomendado. Súbase a la ola comercial, o lo verán desfasado. Es decir, si es verano ¡póngase camisa playera y decore con esos motivos! A eso es a lo que la gente le llama “vamos a ver qué hay de nuevo” y si no halla nada nuevo después de varias visitas, no vuelve.
¿Por qué nos hemos vuelto adictos a las promociones? Varias razones para ello, entendibles con el cambio de los tiempos. Llevamos una vida mucho más acelerada, ya no tenemos el tiempo para salir a “vitrinear”, le diré que nunca lo hice, pero mis padres me cuentan cómo ellos, después del trabajo, salían a ver vitrinas.
Lo otro, es que una promoción da derecho. Y las redes sociales hoy en día han puesto al consumidor en un trono donde el cliente es el rey. Hoy día espera recibir justo lo que usted le está prometiendo, sino prepárese para la ola de reclamos en sus redes.
