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Honduras
martes, mayo 14, 2024

Mentiras descubiertas

Por Carlos Alvarenga, Abogado y MAE.

Uno quiere querer a Salvador Nasralla, al menos yo sí lo intento, pero cuando más presto me encuentro a abrirle mis brazos, ¡zas!, como marido abusador irredento, aparece de nuevo con sus locuras y con su descomunal soberbia y megalomanía. Es tan egocéntrico que bien pudieran los planetas girar alrededor de él por la fuerza gravitacional de su ilimitado solipsismo.

En una de sus últimas entrevistas en televisión, volvió a abusar de su narcisismo invistiéndose por enésima vez de impoluto, casto, virginal, puro y como un líder de masas cual nunca ha existido en Honduras. Tanta vanidad le escupe a uno en el rostro y termina donde empezó: rechazándolo y esperando nunca gane la Presidencia. Sería terrible. Un Nayib Bukele con todos sus defectos y ninguna de sus virtudes.

No obstante, todas esas razones que Salvador Nasralla nos da a borbollones para no apoyarlo, no deja de causar cierta admiración y también un tanto de compasión: en primer lugar, en verdad ha metido el dedo en la llaga con su ataque constante a la corrupción y eso le ha hecho ganar miles de seguidores y, en segundo lugar, es tan ingenuo en política. Su manía de alzar la voz, cuando habla surte la suerte de muralla que no lo deja ver cómo es la política en realidad. A estas alturas ya tendría que haber madurado, pero no, y volvió a caer en la trampa de ‘Mel’ Zelaya que juega con él a su antojo.

Lo bueno de todo esto es que este pleito tan inadecuado e inoportuno saca a la luz cosas que muchos deben saber: a) Libre nunca hubiera ganado solo, ya que no había logrado cuajar la simpatía de los votantes anti Partido Nacional y, por lo tanto, no pueden jactarse como si fueran únicos vencedores; b) A los seguidores del Partido Nacional no les caló la campaña de desprestigio contra JOH como narco (aún se presume inocente), ni tampoco les caló todos los actos de corrupción, los pactos de impunidad y sigue siendo un partido fuerte. Si no hubiera sido por la Alianza, gana otra vez; y, c) ‘Mel’ Zelaya es de lo peor que le ha podido pasar al país en política.

En primer lugar, todo ese pleito Nasralla–Mel, nos demuestra que cuando Nasri Asfura punteaba las encuestas, el olanchano buscó al “Señor de la Televisión” con desesperación y lo volvió a utilizar, y Nasralla volvió a caer, y nada más fácil para que “The Showman “sea seducido que hacerle creer que es necesario.

En segundo lugar, a pesar de todo, muy a pesar de todo, el partido azul sigue siendo muy fuerte, y los cachurecos arrepentidos que se le voltearon a la estrella azul, puede que regresen, y no es lejano que ganen las próximas elecciones, más ahora con la Alianza destrozada.

Finalmente, Mel Zelaya sigue el manual del chavismo, del orteguismo: pelearse con los medios, la empresa privada y la Iglesia. Alejarse poco a poco de los EUA hasta romper (por cualquier razón) con Washington, no por ideología, nada, solo para que no lo supervisen. Acercarse a países dictatoriales, violadores de DD.HH. (no vota a favor de sancionar a Nicaragua o Rusia). Y ahora, empieza a esparcir la idea de golpe de Estado para que la gente que no lee, que no analiza, que se traga sin masticar la propaganda barata de Libre, les crea y así justificar represión, censura, persecución, encarcelamientos arbitrarios de la oposición, cierre de medios, de oenegés, etc.

Todo esto es evidente, ya lo sabemos, solo los que están ciegos de fanatismo no lo ven. ¡Está sucediendo acá a nuestros costados en Nicaragua y en El Salvador!

Se me olvidaba. El Salvador de Honduras ha afirmado que no va a venir la CICIH “porque a Libre no le conviene, porque quiere que siga la corrupción y el narcotráfico”. Algo sabe el ingeniero. Y es que ‘Mel’ no es un estadista, es un apostador, un tahúr, no le importa el país, lo que le importa es apostar y ganar… a como dé lugar.

Al final del día, las mentiras se van descubriendo y desvelando qué es lo que hay de verdad detrás de todo. Allá aquel que no quiera entender.

 

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