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jueves, mayo 2, 2024

MATALASCALLANDO: La nueva moda

“Oh imitadores, ó servil piara, mi cólera escitaron unas veces, y mi risa otras mil vuestras sandeces”. Del Libro I de los poemas de Horacio, poeta del Imperio Romano.

Ing. Carlos Mata
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Hoy, los respetables se hacen de hinojos irrespetando lo sagrado, comparando a su líder como lo más mesiánico que jamás se haya parido en estas tierras repletas de higos y que después los reemplazaron con bananos. Precisamente, los distinguidos y reputados caballeros han salido al paso para demostrar su hidalguía a pesar de las ojivas dirigidas contra sus humanidades y la de su líder, el ecuestre pampeano. No se diga más, hemos presenciado otro de los espectáculos más tristes y reiterativos de nuestra historia, donde los argumentos falsos esgrimidos solo dan para rasparse –como sabandijas- el pecho y el vientre.

Son tan dichosos y felices que sugieren que el contacto físico con ese ente es tan angelical como rozar la piel del mismo autor de la vida y que, si la muchachada se atreve a golpear, el jinete sin cabeza va a quedar de nuevo en la cumbre, ¡habrase visto tal pencada!

Vale más que no estamos en un país de gobierno radical contra la blasfemia, de lo contrario esos aprendices de bufones estarían ya pasados por la espada. Mientras tanto debemos seguir soportando tantas ofensas a la inteligencia. No es nada la lamprea al tiburón, no es nada ni nadie la Malinche cuando se dio vuelta en lo plano, ya que es sabido y más que conocido que aquel que fácilmente halaga, fácilmente insultará, cosa consuetudinaria entre esa fauna. No hallan cómo quedar bien con el jefe, no hallan cómo pararse y hasta caminar contoneado con tal se noten.

Hoy que más bien es la satrapía la que se ha globalizado, esos inmundos cabríos y todos los de su calaña son los que impiden que la piedad se adueñe de los gobernantes mientras el pueblo ya no halla qué hacer con tanto malandrín merodeando sus casas, buses y negocios. Estos espectros de lengua infinita de yoyo están peor que Atila El Huno (alias “El Azote de Dios”) que, hasta donde se paraba su caballo no volvía a brotar el zacate. Siempre se han visto hasta en la madrugada, pero esta vez se pasaron de la raya, por eso es que siempre terminan bien rallados con su prestigio por los suelos por el nivel de arrastrados que son.

Que no se le olvide que también se le dio vuelta a su amigo por aquella urgencia intestinal de la cuarta urna, lo dejó solo y quizá para ‘desfacer ese entuerto’ llegó a ese innoble gesto de servilismo lingüístico, ah, pero después siguió por ahí ganando su sueldito, honradamente, eso sí, qué asunto más inmundo. Y el otro que se ha enquistado allí desde temprana edad promoviendo su nepotismo a su propio nivel enchambando a quien pueda con tal de superar con creces la crisis, poniéndose de alfombra cada vez que se pueda y cuando no se pueda, pues también.

Con gente así, no salimos. Tómese nota de los malos deseos de esos parásitos con alma de reptil, no les importa ya la vergüenza, ¿qué más da si el billete lo tienen ellos?

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