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miércoles, abril 24, 2024

Limpiando la casa…

¿Le ha pasado alguna vez?, seguro que le ha pasado. Tal vez cuando era un adolescente, tal vez ya entrando a la edad adulta o, por qué no, ahora mismo. Quizá el ajetreo diario y demás le hacen olvidar el asunto por un tiempo, pero sigue estando ahí; la idea de la persona con quien le gustaría vivir un lindo romance. Esa persona que sueña encontrarse algún día. Y, además, ya sea de manera consciente o no, existe una lista con las características que esta persona debe tener. Desde luego que puede suceder que, ¡creyó haberla encontrado! Y resultó que no, que no era.

A veces siente que pierde la esperanza de encontrarla y otras más, se llena de entusiasmo, de motivación de tan solo pensar que algún día él o ella llegará a sus brazos. El asunto es, y mientras tanto, ¿qué hace usted al respecto? ¿Seguir con su vida normal o esforzarse por merecerse tremendo personaje que ha creado en su mente? Porque a veces pedimos cosas de la otra persona que nosotros mismos no tenemos. Esperamos recibir lo que no podemos ofrecer y es ahí donde nos equivocamos y andamos de tumbo en tumbo repitiendo las mismas relaciones, terminando con las mismas frustraciones.

Si espero una persona que cuida de su cuerpo, que repara en lo que come, que se ejercita y se preocupa por verse y sentirse bien, yo debo ser una persona así.

Si necesito que sea muy social, divertido, con solvencia económica (para irnos de viaje y perdernos del mapa cada vez que queramos, por ejemplo), carente de vicios y perversiones, cariñoso, considerado, con alto nivel de educación y buenos modales, es porque eso mismo estoy ofreciendo yo. Y si deseo con todo el corazón estar con una persona equilibrada tanto mental como emocionalmente, definitivamente yo debe serlo también. De lo contrario seguiré atrayendo más de los mismo, constantemente.

Y claro, tendré que comenzar por tomarme el tiempo para conocerme y solo hasta entonces, comenzar a trabajar en mi proyecto más importante: Yo.

¿Un buen punto de partida? “Limpiar la casa”, como nos aconseja Iyanla Vanzant en su maravilloso libro Esperando el Amor. Limpiarnos a nosotros mismos de tanto prejuicio, creencias arraigadas inculcadas desde la infancia, neurosis, baja autoestima, idealizaciones etc., etc. Porque si nuestra casa está sucia, desordenada, llena de basura y caos, ninguna persona en su sano juicio querrá quedarse y el incauto que lo intente, seguramente tarde o temprano escapará por la ventana para no volver.

De verdad, dejemos de esperar que las cosas sucedan por arte de magia y pongamos nuestro mejor esfuerzo, que el resultado sin lugar a dudas, valdrá la pena. Ciertamente como dice el señor José María Napoleón: “Del cielo nada nos caerá”.

Por Emy James, sicóloga.

 

Emy James
Emy James
Emy James, psicóloga y Máster en Educación, escritora a nivel profesional. Trabaja en teatro y radio y es también docente.
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