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domingo, mayo 5, 2024

La ética de la inteligencia artificial (Parte II) Cuatro valores

En un artículo anterior les hablé sobre la ética de la IA, quedando pendiente para posteriores entregas conversar acerca de sus principios y valores. Pues de eso tratará el tema de hoy.

La IA está en todas partes y gobierna muchos aspectos de la vida, incluso los más insospechados. De su existencia no podemos huir y ella no puede huir de los humanos, tampoco debe existir al margen de principios éticos y valores; sería como un caballo desbocado.

Antes, quiero recordar que un valor es una “cualidad que apreciamos en una realidad”, y a su vez, es considerado como “un bien” en sentido moral; entonces, los valores son nuestros bienes, punto de partida y de llegada en todo lo que hacemos. En ese sentido, las recomendaciones éticas de la Unesco manifiestan que la inteligencia artificial también tiene valores: a) Respeto, protección y promoción de los derechos humanos, las libertades fundamentales y la dignidad humana; b) Prosperidad del medio ambiente y los ecosistemas; c) Garantizar la diversidad y la inclusión; d) Vivir en sociedades pacíficas justas e interconectadas, entre otros.

  1. Respeto, protección y promoción de los derechos humanos, las libertades fundamentales y la dignidad humana.

Esto significa que la IA debe ser creada, implementada y desarrollada para velar por el respeto de derechos y libertades públicas, y la dignidad humana, es decir, con el reconocimiento del individuo como igual frente a otro, independientemente de su raza, género, edad, idioma, religión, ideología política, condición económica, condición física, o cualquier otro motivo.

Los sistemas de IA deben coadyuvar a mejorar la “calidad de vida” para poder garantizar la dignidad de los individuos en sociedad, y esta calidad de vida debe definirla la sociedad y no una IA. Permitir esto sería una violación de derechos humanos, a la vez que, una irresponsabilidad humana inexcusable. Esto sólo podrá materializarse si las personas físicas y las inteligencias artificiales llegan a un punto común de acuerdo; tarea difícil de sintetizar.

  1. Prosperidad del medio ambiente y los ecosistemas.

Lo anterior viene íntimamente ligado con la prosperidad del medio ambiente y los ecosistemas (respeto de derechos y libertades públicas). Me explico: durante su ciclo de vida, la IA debe ser puesta a disposición de los ecosistemas para su protección y restauración. Debe existir una verdadera cultura de cumplimiento normativo por parte de los usuarios y destinatarios de la inteligencia artificial para reducir el impacto ambiental. En definitiva, la IA debe proteger el medio ambiente cuidando la “huella de carbono, es decir, luchar contra las emisiones de CO2 (dióxido de carbono). A nivel mundial, los principales países productores de CO2 son China, Estados Unidos de América y Rusia. Ya veremos quién cuida del medio ambiente utilizando la IA…

  1. Garantizar la diversidad y la inclusión

El tercer valor ético de la IA tiene que ver con garantizar que “lo diferente en una sociedad debe formar parte de esta”. A quienes vivimos en países con diversidad social y cultural, y en vías de desarrollo, nos cuesta creer que la IA pueda consolidar este valor, y más aún, que aquellos que diseñan estas inteligencias estén en sintonía con ese objetivo sin ningún tipo de sesgos.

En nuestras sociedades de Estados democráticamente frágiles, hay numerosas carencias (educativas, económicas, jurídicas, socioculturales, tecnológicas, de infraestructura, etc.) Tanto los gobiernos como sus ciudadanos deben velar y luchar para hacer efectiva la inclusión y la diversidad de las personas, echando mano del ingenio y de las mejores capacidades, así como del uso ético de la IA para lograrlo.

  1. Vivir en sociedades pacíficas, justas e interconectadas.

El cuarto valor deseado es que vivir en sociedades justas e interconectadas es un valor aspiracional loable, todos los humanos aspiramos a la paz y a la justicia desde la noche de los tiempos, pero no hay que olvidar que nuestro mundo tiene una larga historia de guerras, guerrillas y conflictos armados, por lo que es de considerar que, para construir una sociedad con esas características, se debe trabajar en una nueva cultura de paz, con la IA a su servicio. La IA es pasado, presente y futuro tecnológico para la guerra y es parte primordial en la investigación militar en países como Rusia, China y Estados Unidos. La IA al servicio de la guerra o para la paz depende del ser humano.

Es una realidad que nuestra sociedad estará aún más interconectada: internet de cosas, internet de personas, inteligencia artificial y con chat GPT3 y GPT4, las tareas realizadas con el lenguaje con inteligencia artificial crecerán exponencialmente.

Asegurar la equidad, la justicia y el respeto por los derechos humanos, y la coexistencia pacífica de las naciones, más allá de ser un valor, debería ser el objetivo básico en los ciclos de vida de las inteligencias artificiales, siempre.

Ahora pensemos por un momento en que nos toca vivir en un Estado gobernado irresponsablemente, por personas corruptas, despótico y sin garantías de respeto de los derechos humanos, ¿cree usted que su gobernante utilizaría la IA siguiendo los valores recomendados por Unesco? ¡Ese hipotético Estado es nocivo por todo lo señalado!  Difícilmente tendríamos a alguien que velara por su aplicación.  Entonces, nos corresponde a los ciudadanos desarrollar conciencia respecto a estos temas tecnológicos, para evitar que se limiten nuestros derechos y libertades públicas. Estamos obligados a vivir con valores, y la inteligencia artificial debe tenerlos.

Por José Reyes, abogado.

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