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miércoles, mayo 8, 2024

La dádiva es como la paja

La Conferencia Episcopal de Honduras, como voz profética, está alzando la voz en los últimos meses señalando las posibles consecuencias acerca de situaciones actuales si no se ponen los correctivos sugeridos también por los obispos católicos. En el documento entregado hace algunas horas y por motivo de la celebración de la Navidad, se nos dice en este que: «El mundo, en cuanta realidad sometida al pecado, alejada de Dios y cerrada a la trascendencia, queda simbolizado en la imagen de la noche oscura. Es precisamente en esta noche cuando la luz divina resplandeció para toda la humanidad, y los ángeles anunciaron a los pastores la buena noticia: “Hoy les ha nacido un Salvador”, (Lucas 2, 11)».

Se debe ver hacia cada uno, en lo personal y ver si cada realidad está sometido a esa noche oscura, tal como lo decía San Juan de la Cruz, donde no se puede ver a Dios por ningún lado. Ver a Dios no es tener visiones extraordinarias y explosivas, simplemente es reconocer el pecado personal, enmendarse y ser solidarios y consecuentes en el actuar diario, en la familia, en el barrio, en la comunidad. Pero los obispos no se quedan callados ante lo que nos acontece, también manifiestan: “Pero también en el quehacer político –dice el escrito-, se elevan las tensiones por la discusión del presupuesto del Estado, de los conflictos no resueltos en Salud, Educación, Transporte, Seguridad Ciudadana y en todo aquello que el pueblo espera soluciones cuanto antes, para que se garanticen motivos reales de esperanza”.

Nos continúa diciendo la Iglesia católica: “La población, consciente de lo que Honduras necesita, no quiere premios ni dádivas populistas. Quiere justicia que garantice sus derechos, como la instalación de la CICIH, que venga a responder al reclamo de una lucha seria y frontal contra la corrupción e impunidad. Quiere que la migración sea el ejercicio de un derecho humano, sin riesgo de perder la vida, que fue lo que obligó a José y a María a dejar su patria, para proteger la vida de Jesús”.

Ahí está recogido con sencillez, pero aplastante claridad lo que el pueblo espera, no quiere dádivas ni regalitos para pasar el rato, se exige de soluciones definitivas a tantas situaciones que se ha dado, que ya dejen de estar echando la culpa al pasado, estamos en el presente y las herramientas están en las manos de quienes tanto se han quejado, así que no se quiere paja, ya que el viento se la lleva fácil, o es pasto fácil de las llamas. El Estado debe ya estar trabajando en eso en vez (como disco rayado) de estar fraguando una desazón social para propiciar una condición para empujar hacia la “bendita” constituyente la cual es una necedad ya rayada y cansina y además va en contra de la evolución misma de la historia de los pueblos.

Mientras, que, en el seno del hogar de cada hondureño, que no haya tampoco dádivas y paja para los suyos, que la alegría sea lo que provoque la Navidad en cada corazón, por humilde que sea la vianda pero que sea compartida con alegría con quienes tengamos cerca y una sentida plegaria para quienes están lejos, en especial a nuestros compatriotas migrantes.

¡Feliz Navidad 2022 les desea Diario EL PAÍS!

EditorialLa dádiva es como la paja

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