Un interino es aquella persona que llega a un cargo por tiempo determinado, para sustituir al titular durante su ausencia, por renuncia o por cualquier otra situación personal para facilitar una transición. La función del interino nos es otra que ayudar “pasar el temporal institucional” y una vez que escampe… adiós… su obligación es cumplir con la misión y largarse; pero en Honduras ¡somos diferentes! En la Universidad Nacional Autónoma de Honduras tenemos un rector interino, lleva ¡seis años en el cargo! Alguien que nadie eligió en elecciones libres, un interinato que se volvió habitual.
El pasado 27 de septiembre, el señor rector cumplió seis (6) años en el cargo…. un hecho sui generis… más que un periodo de gobierno normal (4 años) a esta fecha, seguimos sin convocatoria a elecciones, seguimos esperando que los estudiantes puedan realizar el ejercicio democrático de elegir a sus autoridades. El interinato ha dado lugar a una “institucionalidad de excepción”, en donde lo anormal pasó a ser normal. Aunque usted no lo crea, es una tragedia que la máxima casa de estudios no tenga aún “autoridades elegidas de forma democrática”, es una situación calamitosa, sobre todo cuando vemos los fríos números, estadísticas, proyecciones y estudios sobre la calidad de la educación en la UNAH.
Que los estudiantes puedan elegir de manera libre a sus autoridades es un derecho impostergable, esas autoridades son quienes los representarán en los órganos de cogobierno y gobierno estudiantil. Con las elecciones estudiantiles, el rector Herrera logrará introducir al Pleno del Consejo Universitario la representación estudiantil, tras más de una década sin representación, esa es su tarea y lleva seis años en ello, esperamos la concluya, ya es hora.
En sesión extraordinaria en el mes de abril de 2019 (hace cuatro años), el Consejo Universitario la UNAH, aprobó por unanimidad los 136 artículos del “Reglamento Electoral Estudiantil”, instrumento que regulará los comicios, que darán paso a la participación de los alumnos en los órganos de gobierno universitario. El rector interino ha hecho medio trabajo ya, promoviendo la aprobación del reglamento citado, ahora viene la segunda parte ¿para cuándo elecciones? ¿Cuándo tendremos nuevas autoridades? En este sentido, el pasado jueves 7 de septiembre del año que corre, se dio a conocer la primera convocatoria de la Junta de Dirección Universitaria (JDU) que admitió las postulaciones para ocupar el máximo cargo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). Los candidatos propuestos a la rectoría son Rigoberto Rodríguez Paz, María Auxiliadora Pineda, Jorge Nelson Ávila Gutiérrez, René Antonio Noé Martínez, José Isaac Zablah Ávila, María Victoria Zelaya, Gustavo Alfonso Bonilla España, Jorge A. Fuentes Hernández, Edith Marissela Figueroa, Odir Aarón Fernández Flores, Marco Tulio Medina y Francisco José Herrera Alvarado. Al margen de personas, títulos, diplomas, certificaciones, cantidad y calidad de los contendientes, lo más importante es elegir a alguien que ponga orden en la Universidad. No olvidemos que ¡en Honduras somos diferentes!, nos gustan los discursos, apariencias y formas, no el contenido. Los catrachos no vemos el fondo del asunto, lo esencial y lo realmente importante, fácilmente nos engañan con nombres, consignas, publicidad, trajes, pan, mostaza y circo… es lo que dice la historia; aquí lo crucial es elegir la persona adecuada, no el personaje.
El nuevo rector debe ser un académico de primer nivel, una persona capaz de llevar a la universidad al concierto de las mejores de la región, sacarla del sopor en el que vive, liberarla de la corrupción y ordenar el desmadre que impera ahí hace mucho. Ah… olvidaba que en Honduras somos especiales… a lo mejor seguimos con el interinato, o tenemos nuevo rector elegido a dedo, o nos regalan un rector político. Me gustaría que, quien ocupe la plaza, sea el más capacitado; al margen de los antojos de políticos. Ah… ojalá, que el que enciende y apaga la luz no elija al rector. La educación debe estar por encima de la estolidez.
En el apartado académico, la universidad deambula por el valle de la amargura, es una institución con unos indicadores lamentables, no los voy a mencionar porque resultan vergonzantes. Solo señalaré que los maestros a tiempo completo son pocos, la investigación es escasa y poco representativa y no se están formando profesionales para ser competitivos en este mundo global dominado por la inteligencia artificial y la alta tecnología que nos gobierna y se necesitan urgentemente nuevas carreras universitarias. La Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) se encuentra en el puesto 1,260 de 1,300 universidades elegidas (solo hay 40 peor calificadas) de más de 30,000 instituciones de educación superior del mundo, según el ranking mundial de universidades del Quacquerelli Symonds (QS) World University Rankings 2022; esto dice mucho de donde estamos y la tarea que tiene el próximo rector.
La universidad es el barómetro que refleja lo que somos como sociedad, una congregación destartalada, una familia disfuncional, un niño con un bidón de gasolina y unas cerillas. De esta academia siempre han egresado excelentes profesionales, exitosos dentro y fuera del país al margen del caos, las suspensiones de clases y la corrupción. Las generaciones venideras no merecen improvisación, caos, necesitan orden y legalidad, es mandatorio regular la universidad. Para normalizar la casa, es preciso que las personas que dirigen la UNAH sean aquellas con la capacidad suficiente para poner a la educación en primer lugar. “Un hombre educado no puede ser oprimido, si es capaz de pensar por sí mismo”. Nelson Mandela.
