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domingo, diciembre 8, 2024

El discurso de la presidente

En verdad no estuvo tan mal el discurso, al contrario, no solo se refirió a sus logros, a los proyectos a futuro inmediato, sino que también brindó una imagen internacionalista hablando de temas de primera importancia como la invasión de Rusia a Ucrania, el cambio climático y la economía mundial.

En ese nivel de foro es imperativo llamar la atención sobre temas trascendentales para todo el planeta y ella lo hizo.

Ahora bien, en el discurso hay cosas buenas, hay malas, hay mentiras descaradas, pero también un mensaje aterrorizante para el pueblo hondureño; para los demócratas y los que amamos la libertad.

Lo malo es (en ese foro, precisamente) continuar haciendo de su esposo una víctima y la insistencia enfermiza del complot contra su gobierno que, para ser sinceros, aparte de sus camaradas, a nadie en el mundo le importa. Ese victimismo ha hecho metástasis en sus discursos.

Dijo una serie de mentiras que necesito desenmascararlas: la idealización de una lucha que no existió como tal, sino que fue una actividad partidaria dentro del marco de la democracia en la que les respetaron todos sus derechos como ciudadanos y como organización política.

Las manifestaciones callejeras no son resistencia. Resistencia fue la de los guerrilleros franceses contra la invasión nazi. Resistencia es andar huyendo, esconderse, estar preso y no doblegarse. Nada de eso les pasó a los de Libre.

Las manifestaciones callejeras no tienen nada de heroico, eso lo hace cualquier organización. Eso no es resistencia. ¡Y las gaseadas!, bien merecidas, porque eran para contrarrestar el vandalismo salvaje de sus ahora ministros, viceministros, directores, jefes, etc., que quebraban vidrios de hoteles, incendiaban negocios, detenían el tráfico. ¿Qué mérito tiene eso? ¿Cuál es el heroísmo en ello? Ninguno, y los que fueron condenados después de haber sido oídos y vencidos en juicio, por el daño a la propiedad privada, salieron libres gracias a una amnistía que, por cierto, entorpece que la CICIH venga al país.

El seguir hablando del golpe de Estado, mencionar al esposo como si fuera la sombra que está detrás de ella, insistir en la dicotomía mártires y criminales, etc., es falso, malo, inoficioso y no le interesa a la comunidad internacional, menos en ese foro en particular. Héroes fueron Mandela, Indira Ghandi,  Aung San Suu Kyi de Birmania, Lech Walesa, etc. Esos sí vivieron lo que era la resistencia de verdad.

Ahora bien, dejando claro que ese victimismo y martirio no es más que parte de un discurso propagandístico que no le interesa a nadie, pasemos a lo bueno.

Me gustó mucho de lo que considera sus logros, sean ciertos o no: mayor crecimiento económico, rescate de las finanzas públicas, cancelación de los fideicomisos (que llamó corruptos), disciplina fiscal, el pago puntual de la deuda, la disminución de la inflación y del riesgo país.

Mencionó cosas importantes como la derogación de la llamada Ley de Secretos. De la seguridad pública, si bien no hay mucho de que alardear, pero se ha estado haciendo un significativo esfuerzo.

Otra cosa buena fue que hablara del futuro, pues eso indica que tiene una visión clara de lo quiere y tiene que hacer: salud, merienda escolar, matrícula gratis, continuar con el subsidio a los combustibles, energía gratis para los más pobres, ayuda a los agrícolas, reparación de 12 mil escuelas, reparación de la red vial, 8 nuevos hospitales y más. Aplausos, pero…

Quiero dejar constancia de mi temor y angustia por ese discurso de odio, sobre todo cuando la primera ciudadana de la República lo llevó a ese estrado de tan alto nivel. ¿Estará preparando el camino a lo peor?

Ya le deberían poner un alto. Sé que es parte del plan de Mel Zelaya, pero están dividiendo en dos bandos al país (acuérdense que más de millón y medio de hondureños no votaron por Libre, o sea, votaron en contra), y, por lo tanto, con ese discurso, a cada ciudadano le está poniendo un cuchillo en la mano: a los suyos y a los que están en contra.

Sí es cierto que somos una sociedad dividida por las injusticias sociales históricas, y por la corrupción, pero otra cosa es estar llamando al odio y al conflicto constantemente.

Insiste en la existencia de grupos criminales como resultado de una dictadura que no fue tal. Dictadura es la de sus compadres Ortega Murillo. Allí sí hay una tiranía.

Habla de conspiración confundiéndolo con lo que es simple y llanamente democracia. Si el pueblo no le dio la confianza para que tuviera la mayoría en el Congreso, eso se llama democracia, no conspiración. Pero ya hablan de disolverlo.

Y todavía se lanza a llamar corruptas a respetables organizaciones de la sociedad civil que fueron valientes y férreas críticas de los 12 años del PNH, cuando ella nunca salía en ninguna entrevista, foro de debate, ni siquiera entrevista radial.

Trata de retorcer la mente de la gente llamando a la indignación a sus seguidores comparando a todos esos que etiqueta y menosprecia como los nuevos magnicidas de nuestro más amado prócer. Es, realmente, preocupante, porque es el inicio, exactamente, del chavismo, de la dictadura Ortega Murillo en el país. Ya veo venir el encarcelamiento de la oposición y el cierre de instituciones con la confiscación de todos sus bienes.

Por último, la mentira más descarada: dijo que centenares de miles de personas salieron a las calles a manifestarse agradeciéndole por haber devuelto el Estado de Derecho, la dignidad del pueblo hondureño y de la Presidencia de la República, cuando fue una manifestación convocada por ella misma y organizada por su esposo, por su partido, por sus funcionarios en la que obligaron a empleados públicos -so pena de ser despedidos- a que asistieran. ¿Qué le pasa señora Presidente? ¿Mentir de esa forma en la ONU?

¿Adónde iremos a parar con este gobierno? Pues ya no me queda ninguna duda. ¿Dejaremos que nos roben la libertad como han hecho sus camaradas en Cuba, Venezuela y Nicaragua?

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