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lunes, abril 29, 2024

El Día del Jaguar, ancestralidad y olvido

El pasado día 29 de noviembre se celebró el Día del Jaguar, una efeméride carente de significado cultural en las tierras donde habita el felino más grande de América. Este carnívoro tiene la mordedura más fuerte de todos los grandes “gatitos” que alguna vez vagaron por estas tierras, desde el sur de los Estados Unidos, a través de México y América Central, hasta terminar en Argentina. Casi todos los pueblos originarios veneraban al jaguar de alguna manera. El jaguar (panthera onca) es un elemento central en el continente; desde siempre. A lo largo del tiempo, los habitantes de Mesoamérica han adorado al felino, conocido como, balam por los mayas. Los olmecas (alrededor del 1200-400 A.C) tenían jaguares en su arte y religión. Las esculturas de felinos eran populares, así como las representaciones de deidades mitad humanos, mitad jaguar, que los estudiosos describen simplemente, como jaguares.

En la cosmovisión mexica, el jaguar estaba igualmente divinizado y se le asignaba un papel muy importante. Por ser un cazador nocturno y por su piel moteada, se le asociaba con la noche y en especial, con las estrellas. Según la “Leyenda de los soles”, el jaguar fue verdugo de nuestra especie, se encargó de finiquitar a la primera humanidad, durante la era de Nahui-Ocelotl (cuatro jaguares) cuando el Tezcatlipoca tomó la forma de este felino para, completar la misión de destruir el mundo.

El jaguar es venerado por su presencia, simbología, referencias cósmicas y rituales, además, se cree que, aquel que come carne de jaguar adquiere la fuerza y las propiedades de este majestuoso animal. De hecho, se cuenta que el tlatoani Moctezuma consumía caldo de carne de jaguar con este fin. En definitiva, era un animal central en la cultura prehispánica mexica.

Cuentan los relatos obtenidos del libro “Guerras de Mesoamérica” que, en la cultura mexica, existía el guerrero jaguar que podía llegar a enfrentar a 3 adversarios al mismo tiempo. Fueron temidos en batalla y en muchas ocasiones fueron decisivos, obteniendo victorias en conflictos sin pelear ya que; su mera presencia desmotivaba al enemigo a pelear. En las culturas originarias mesoamericanas, es representado en bajorrelieves, esculturas, templos y palacios; el felino fue venerado hasta la llegada de los españoles.

Los mayas tenían una devoción especial por el animal, conectaron las magníficas habilidades de los felinos con los fenómenos naturales. Los mayas creían que la capacidad del jaguar para ver en la noche era lo que le permitía moverse entre mundos, asociándolo con el inframundo y la mortalidad. También el jaguar se convirtió en un símbolo universal del poder político y militar.

Para los mayas, a la par de lo sagrado y se le atribuían también propiedades místicas. En ocasiones, los gobernantes mayas se identificaban con el jaguar y portaban cinturones, pectorales, sandalias o tocados elaborados con piel de éste. Incluso, los huesos del jaguar se empleaban para elaborar bastones de mando. Todos estos símbolos dotaban al gobernante de “características felinas” asociadas con el poder.

En su cosmovisión, el jaguar era una suerte de divinidad protectora con un papel importante en el día a día. Por ser un cazador nocturno, por su piel moteada, y personalidad solitaria, se le asociaba con la noche y con las estrellas; era el amo de la selva. Los personajes que utilizaban prendas de piel de jaguar estaban revestidos de autoridad e importancia social; gobernantes, guerreros y sacerdotes.

De igual forma, el “año jaguar” se refiere al ciclo de 52 años en el calendario mesoamericano utilizado por mexicas, mayas y zapotecos. El año jaguar es considerado un período de gran importancia asociado a la renovación y la regeneración. Cada año jaguar se dividía en cuatro partes iguales, cada una de las cuales duraba 13 años. Cada uno de estos períodos de 13 años estaba asociado con un animal diferente, que tenía propiedades divinas. El primer año de cada ciclo de 52 años se llamaba “2 caña” y el último año se llamaba “13 caña”. En la cultura maya además cada 52 años se relacionaba con el calendario Haab y el Tzolkin o Chol Q’ij (cuenta larga) creado por ellos. Este número representa una sincronización que pasa por varios ciclos hasta volver al mismo punto donde se da comienzo a la verdadera vida.

El jaguar nahual está asociado con la fuerza, el poder y la valentía; el horóscopo maya lo explica con meridiana claridad. Se cree que las personas que tienen al jaguar por nahual son líderes naturales y tienen una gran capacidad para enfrentar los desafíos de la vida; ponga atención a esto.

Sin embargo, el jaguar se vio perseguido cuando los colonizadores blancos humanos llegaron a lo que hoy es América. Los jaguares de las llanuras y zonas abiertas fueron exterminados en pocos años por ser fáciles de sorprender y cazar y no le quedó otra que replegarse a las montañas más inaccesibles para poder sobrevivir. Hoy, el hombre está desconectado del jaguar, pero celebra un día en su honor debido a que el felino está en peligro de extinción; resulta paradójico y triste.

En conclusión, el balam es un animal ancestral, importante para los pueblos originarios, representa la fuerza, el poder y la valentía y se afirma que, tiene poderes que van más allá del entendimiento humano; entre otras tantas cosas. Se celebró el día del jaguar, pero éste ha dejado de tener la importancia cultural que merece…

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