En este espacio de consulta psicológica llamado Eureka, vamos a aprender hoy sobre el buen humor, el cual a menudo es subestimado, pero en este siglo XXI se está reconociendo cada vez más como una herramienta terapéutica en el ámbito de la salud mental y física.
Bien es cierto que cuando el ser humano se encuentra inmerso en una crisis de vida, simplemente se aísla, deja de buscar entornos saludables que le generen bienestar a través de la risa.
Sin embargo, la conexión entre el buen humor y la salud ha sido objeto de numerosos estudios que demuestran que reír puede tener efectos positivos en el cuerpo y la mente.
Cuando nos reímos, nuestro cerebro libera endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y elevan nuestro estado de ánimo.
Esta liberación de endorfinas puede ayudar a reducir el dolor y mejorar la sensación general de bienestar.
Además, la risa incrementa la producción de dopamina, otro neurotransmisor asociado con el placer y la motivación. Desde una perspectiva física, el buen humor y la risa ofrecen múltiples beneficios.
La risa es un ejercicio para el sistema cardiovascular: al reír, el ritmo cardíaco se acelera, la circulación mejora y se promueve la expansión de los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a una reducción temporal de la presión arterial.
A nivel muscular, reír implica contracciones que estimulan los músculos del abdomen y el diafragma, contribuyendo a una sensación de relajación profunda después del episodio de risa.
En el campo de la psicología, el buen humor se ha convertido en una herramienta importante para el manejo del estrés.
En situaciones de alta presión, el humor actúa como un amortiguador emocional, permitiéndonos ver los problemas desde una perspectiva más distendida.
Esto no solo facilita la resolución de conflictos, sino que también ayuda a mantener una actitud positiva frente a los desafíos y ver desde un enfoque diferente lo que quizás en esa etapa de la vida nos está atormentando.
La capacidad de encontrar humor en circunstancias difíciles puede ser una señal de resiliencia, permitiendo a las personas adaptarse y superar adversidades de manera más efectiva.
No está de más decir que el buen humor no se trata de burlas o del sarcasmo para herir a alguien más. La risa debe ser inclusiva, respetuosa, nutritiva, alturada, reír con ellos y no de ellos, evitando comentarios que puedan herir sensibilidades.
Te dejo algunas tareas de autoayuda que puedes desarrollar en esta semana para generar mayor cantidad de momentos de regocijo:
• Identifica qué tipo de humor disfrutas más, ya sea comedias, chistes, videos graciosos, o programas de televisión. No todas las personas tienen el mismo sentido del humor, así que encuentra lo que te haga reír genuinamente y úsalo en esta semana.
• La risa es contagiosa, así que intenta pasar tiempo con amigos y familiares que tienen un buen sentido del humor, acércate a actividades grupales donde la risa sea natural y frecuente para aumentar tu oportunidad de reír.
• Puedes comenzar con una risa simulada. Ríe de manera intencional, busca un espejo y sonríe, di carcajadas jaja varias veces y puede que conviertas ese ensayo en una risa genuina.
• Puedes buscar alguna sesión de Yoga de la Risa, donde se combinan ejercicios de risa con respiración y estiramientos, puede ser una forma efectiva e incorporar la risa en tu rutina semanal.
• Disfruta de películas, series o standups cómicos, plataformas de streaming, obras de teatro, memes, payasos, etcétera.
• Mantén un diario donde anotes las cosas que te hacen reír cada día, con el fin de recordar esos momentos puede ayudar a mantener una actitud alegre.
• Interactúa con animales, especialmente las mascotas, ellas pueden ser una gran fuente de alegría. Sus travesuras y comportamientos juguetones a menudo provocan carcajadas. Intenta algo de lo anterior y si tienes algo por compartir con nosotros escríbenos a [email protected].
“LA RISA ES LA DISTANCIA MÁS CORTA ENTRE DOS PERSONAS”. Víctor Borge