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domingo, mayo 5, 2024

Dos años muy tristes

Yo no voté por Libre ni votaría nunca por ellos, por varias razones, una de ellas es que condecoran a un narco dictador, represivo, torturador, como Nicolás Maduro. ¡Hay que ser descarados –y torpes- para semejante barbaridad!

En primer lugar, no es un partido político, es una organización familiar. Allí no priman las más altas aspiraciones de la nación sino del familión. Punto. No se diga más al respecto

En segundo lugar, son de izquierda y, como tales, hipócritas, falsos y mentirosos, incitan al odio entre clases y entre ciudadanos de a pie.

Tercero, no tienen ni idea de cómo se gobierna un país, ven la riqueza y solo piensan en apropiarse de ella, regalarla y cuando el país está hundido, les echan la culpa a otros.

Cuarto, cometen los mismos errores que critican y todavía aún más: persecución contra sus rivales, los medios de comunicación, empresarios, políticos de oposición, tergiversan los hechos, ocultan las cifras, etc.

Quinto, una vez que se asientan en el poder empiezan a minar todo el sistema democrático y republicano, se apoderan de todas las instituciones con estrategias burdas y, al final, no se quieren salir.

Finalmente, la corrupción, la delincuencia común y el crimen organizado crecen desaforadamente en sus gobiernos. Son pocas las excepciones en que eso no sucede, como con Pepe Mujica, en Uruguay… y paren de contar.

El gobierno de doña Iris Xiomara Castro Sarmiento no ha sido la excepción y los hondureños estamos ahora aún peor de los que estuvimos con los doce años de gobierno nacionalista, porque en aquel al menos la economía estuvo dentro de los límites de lo tolerable, la delincuencia disminuyó, no pasábamos escuchando ni leyendo tantos insultos de los funcionarios que, al menos, mantenían cierta dignidad al cargo, hubo muchas obras de infraestructura, no había escasez de medicamentos, etc.

Con este gobierno tenemos los mismos males y lo poco bueno ha desaparecido. No es fortuito, no es casualidad que no seamos elegibles para la Cuenta del Milenio, que estemos entre los países más corruptos de Latinoamérica y que la presidente tenga un índice de aprobación tan bajo: 4.7 %.

Yo ando todos los días en taxi colectivo, me quedé sin carro hace más de un año y no tengo ni el menor ánimo de comprar uno ni, mucho menos, andar lidiando con el tráfico de la capital, y dos cosas percibo de la gente con la que platico a montones por todas partes en que ando en la ciudad: miedo y decepción.

Yo tengo miedo de andar en la calle con mi hija cuando la custodio a la universidad. Ando viendo a todas partes y, cuando toca dejarla que vaya sola, solo me imagino lo peor, porque la psicosis de los que andamos a pie es total, más si tenemos hijas que cuidar. La delincuencia se ha desatado de tal forma que, si no está peor, no es por los esfuerzo del gobierno, sino porque aún somos mayoría los buenos, pero los delincuentes pareciera que se sienten a sus anchas con Libre en el poder.

En lo que concierne al crimen organizado, solo miren cómo el pleito entre bandas de narcotraficantes se ha desatado en Catacamas, Olancho, los territorios de los Zelaya Rosales. ¿Por qué?

En estos dos años de mal gobierno nos han arropado de miseria a todos los hondureños, de una u otra forma.

Hablando con una señora que hace tortillas en el mercado, me decía que no ve hechos, para nada, no ve cosas nuevas que la motiven a volver a votar por Libre en las próximas elecciones.

Como un pequeño paréntesis: son tan necesarias las elecciones de medio período para hacer reaccionar a estos gobernantes. Por eso estoy de acuerdo que el período presidencial se extienda a 6 años y que los de diputados y alcaldes se redujeran a 3, para que siempre hubiese un tirón de orejas a medio período presidencial para los que ostentan el Ejecutivo.

El discurso de la titular del Poder Ejecutivo y el de sus funcionarios resulta insultante por el triunfalismo como el cual hablan, y las mentiras que se dejan lanzar sin que les tiemble la comisura del labio. ¿Triunfantes de qué? Solo en sus mentes donde se inventan que no nunca ha habido más desarrollo en los 200 años de independencia que en estos dos años, que la delincuencia ha bajado (tal vez solo los homicidios, ¿y los otros delitos?), pero no hay inversión extranjera, no hay más trabajo, las cosa están más caras, las extorsiones aumentan, ¿de dónde sacan que hay menos pobres?, si cada vez más y más abandonan el país, y más empresas cierran. En fin, tanto mienten y mienten que ya es ofensivo.

La percepción de la corrupción tal vez, y eso solo tal vez haya bajado en el Ejecutivo, pero sigue dándose, y en el Poder Legislativo, dominado por Mel Zelaya a través de Luis Redondo y su hermano Carlón, empeoró totalmente, y con más cinismo.

Han sido dos años muy decepcionantes, tanto así que ya ni rabia da sino solo tristeza y desesperanza.

¿Se irán a quedar en el poder? ¡Qué horror!

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