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jueves, abril 18, 2024

CUADRANDO EL CÍRCULO: El “jirafo” estoico y el bígamo inconcluso

A la actitud imperturbable con la que el donjuán o casanova cholutecano frustrado en su intención bígama, escuchó la andanada de improperios de parte del papá de una de sus conquistas, dejada como novia vestida y obviamente muy alborotada, algunos podrían calificarla de estoica, pero no, lo del sinvergüenza ese fue cinismo al ser descubierto en su mentira y “desnudado” en su ardid de galán pueblerino frente a su nueva esposa, y a la otra que no fue, grabado todo eso ¡gracias a Dios, bendito sea!, para obra y gracia del gentil auditorio.

En tanto, sí pudo haber sido estoica la sufrida vida de “Big Boy” del que solo la piel quedó.

La jirafa macho, alguna vez propiedad de hermanos imitadores de Pablo Escobar Gaviria en su gusto por los animales y la venta de cocaína, murió la semana reciente de lo cual con gran profusión o abundancia de reportes la ciudadanía está más informada que en lo relacionado con la escogencia de la nueva Corte Suprema de Justicia.

Aseguran quienes conocieron a ese mamífero africano que, desde 2013, cuando el Estado despojó de la propiedad del zoológico “Joya Grande “a sus amos narcos ‘Los Cachiros’”, el cuadrúpedo artiodáctilo debió ser estoico ante la negligencia y las precariedades con que lo atendía el personal de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI).

Parece que la mansedumbre de ese animal, evidencia el estoicismo ante la dejadez y la desidia con la cual algunos administran los bienes estatales; confirma lo anterior lo declarado por el responsable de la Oabi quien justificó que “el jirafo” murió por gases a consecuencia de alimentos atorados en el largo gaznate del mamífero.

Ese infortunio para la que fuera estrella del zoológico, se espera no se repita con ninguno de las más de 50 especies de esa reserva de fauna en Santa Cruz de Yojoa.

Lo que le pasó al cuadrúpedo más alto del mundo no alegra a nadie, pero entretiene al honorable público; la otra situación, la de lo bípedos legislativos, sí preocupa a unos y entristece a otros cuando no logran acuerdos prontos que, aunque generen incertidumbre por las afinidades de los escogidos para magistrados, produzcan claridad para que la población conozca cómo va la cosa y sepa a qué atenerse y eso requiere estoicismo o determinación para enfrentar adversidades futuras.

Por décadas, quizás siglos, la población de este país, ante las decisiones de sus dirigentes, embates de su clase empresarial, desafueros de militares y policías, y resabios gremiales o sindicales, también ha sido -quizás no estoica- sino cobarde y medrosa, cagona y caótica en el reclamo, y más que tolerante, alcahuete para soportar las cargas que la agobian vueltas un pesado lastre que la sumerge en la pobreza.

Al margen de la indulgencia demostrada para que en el país se hagan y lo hagan pupú, al estoicismo se le define como una filosofía que busca el crecimiento personal y con esa base mejorar las relaciones de las comunidades.

En esa visión práctica y menos idealista de la vida, en la que se pone énfasis en el dominio y control de las cosas, y los hechos, más allá de las ideas y la palabra, destacan Marco Aurelio -sabio César conocido como el emperador filósofo-; además el polifacético pensador romano Séneca, también su homólogo griego Epicuro, y el gran líder de Sudáfrica, Nelson Mandela.

Las creencias en el estoicismo se basan en cuatro aspectos principales como la sabiduría vista en la capacidad intelectual de lidiar con todo tipo de situaciones buscando siempre la solución más lógica y racional.

Además, la templanza, concebida por los estoicos filosofales como el aprendizaje para controlar todos los instintos y vivir con base única en la moderación de los deseos y las emociones.

También la justicia que es dar a todos lo que les corresponde, tomando en cuenta sus derechos y sus verdades; y se agrega la valentía que es la fuerza emocional necesaria para saber aceptar los aspectos negativos de la vida sin miedo.

Los que practican la también denominada “filosofía de la existencia” sugieren para su práctica aprender a controlar las emociones, como Marco Aurelio que solía utilizar la meditación y, como mantra decía: “Hoy escapé de mi ansiedad, la saqué de mí porque me di cuenta que venía de mis propias percepciones y no de afuera”.

Como segundo paso, recomiendan buscar un ejemplo que inspire. Séneca, en su libro “Cartas de un estoico” dice: “Elige a alguien cuya forma de vivir tenga tu aprobación. Mantente siempre en su misma dirección, como un guardián, como un modelo”.

La tercera sugerencia es aprender a aceptar los fracasos como parte natural de la vida pues las caídas son parte del éxito.

Adicionalmente, leer todo lo que se pueda y actuar en base a los aprendizajes. Epícuro, en su libro “El arte de vivir” dice: “No digas que has leído varios libros, demuéstralo con tus acciones”.

Finalmente, analizar el uso que se le da al tiempo, especialmente si se le dedica mucho o demasiado a nimiedades o cosas sin importancia.

El estoicismo como creencia sigue vigente. Mandela se guiaba por los libros de Marco Aurelio sobre esta filosofía que cree en la paz, más no en la pasividad que lleva a naciones enteras a podrirse en sus miserias o a dormirse en sus fracasos.

Herbert Rivera Cáceres
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