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domingo, abril 28, 2024

Conversemos

“Cuando vayas a casarte pregúntate esto… ¿podré tener una buena conversación con esta persona en la vejez? Todo lo demás es transitorio”. Nos advierte Frederick Nietzsche. Generalmente, así nos demos cuenta o no, buscamos la compañía de esa gente con la que se puede mantener una buena charla, a todos los demás los repelemos. Y casi siempre esas personas son los hermanos con quienes tenemos historias inacabables desde siempre o, nuestra pareja o una buena amiga o amigo. Desde luego que hay temas que solo tocaremos con ciertas personas y otros que únicamente con nuestro psicoterapeuta, todos tenemos ya organizado con quiénes hablamos sobre qué temas.
Lo importante es hablar. Hemos ya mencionado, en muchas ocasiones, la importancia de decir cómo nos estamos sintiendo. Y tener a alguien que esté siempre dispuesto a escucharnos, es una verdadera suerte.

Y entiendo que se escuche como una exageración esta afirmación, pero no lo es. Conozco muchas, demasiadas personas que aseguran no haber encontrado a alguien que les inspire suficiente confianza como para abrirles su corazón y contarles sobre su vida, sus verdaderos deseos, sueños, angustias y demás. Estas mismas personas tampoco están abiertos a pedir una cita con el psicólogo porque no creen que esto de no tener con quién hablar, sea tan importante.

Sin embargo y a medida que va pasando el tiempo, la importancia de no guardarse las cosas, de tener la oportunidad de sacar los sentimientos a flote, de gritar de vez en cuando si es necesario, la relevancia de esto va ganando terreno en la mente de las personas. Hasta los médicos más escépticos están teniendo que reconocer el papel tan importante que juegan las emociones cuando nos enfermamos. Lo altamente peligroso que resulta callarnos eso que nos está agobiando.

Y como la tecnología no deja de ir tres pasos adelante en estos tiempos, los asiáticos ya buscan resolver este problema que claramente, va en crecimiento. Por eso han diseñado el prototipo de ser humano que puede escuchar por horas sin cansarse, ni molestarse, sin repetir lo que se le confía, sin abrumarse y, sobre todo, sin juzgar. Se llama Sophia y será a ella y otros parecidos a ella, a los que las personas buscarán cuando necesiten compañía. Parece increíble, pero para allá vamos.

Ok, pero ¿qué hacemos mientras llega ese futuro? Si no lo ha hecho ya, practique un poco de meditación, estar a solas con sus pensamientos le será de mucha ayuda, hable con su pareja para encontrar la manera y el tiempo de poder platicar un poco más de lo que lo están haciendo, reúnase con su gente por lo menos dos veces al mes, prepárese un diario de emociones, dejar en papel lo que se está sintiendo es terapéutico y si ve que no puede hacerlo solo, recuerde que ahora, a diferencia de hace veinte o treinta años, la ayuda profesional está a la mano, afortunadamente.

Emy James
Emy James
Emy James, psicóloga y Máster en Educación, escritora a nivel profesional. Trabaja en teatro y radio y es también docente.
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