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jueves, mayo 2, 2024

Construyendo la paz en medio del caos

El fin de semana a través de la plataforma YouTube, pude informarme en vivo y en directo de una situación que parece lejana, pero que desde hace 75 años es noticia: el conflicto palestino-israelí. El sábado 7 de octubre escaló la violencia, luego del ataque que recibió Israel por parte de Hamas, una organización calificada como terrorista que desconoce al Estado de Israel y buscan la liberación de Palestina, para crear un Estado fundamentalista islámico.

Siendo de la generación X, nacidos en la época analógica, donde usábamos radios de transitores, telefax, escuchábamos y leíamos las noticias que ocurrían al otro lado del Atlántico atrasadas, pero aun así estábamos informados, es asombroso observar cómo ha evolucionado la capacidad de acceder a noticias en tiempo real, es un aspecto notable de nuestra era, pero al mismo tiempo es aterrador ver cómo lanzan miles de cohetes de un lado al otro, se incendian edificios con personas adentro y toman rehenes. Este escenario no es una película de Hollywood, ni de Netflix, son seres humanos que pierden sus vidas en medio del caos.

Ante esta provocación, Israel le ha declarado la guerra a Hamas, esta noticia no solo ha resonado en el ámbito secular, sino que también ha generado preocupación en gran parte de la comunidad cristiana, la cual considera a Israel como el reloj de Dios, lo que sucede ahí, es un indicador de eventos proféticos relacionados con los últimos tiempos. Para los estudiosos de la Biblia, la enemistad entre árabes y judíos no es nada nuevo, se remonta a tiempos ancestrales, que tiene sus raíces en la época de Abraham, quien es considerado el padre fundador de tres de las principales religiones monoteísta del mundo: el judaísmo, el islam y el cristianismo.

Hace solo unas semanas surgió una esperanza en el medio oriente, el Estado de Israel estaba negociando la firma de un acuerdo de paz con Arabia Saudita, un escenario para muchos imposibles de alcanzar con las diferencias milenarias entre ambos pueblos. Para expertos en geopolítica, el reciente ataque de Hamás a Israel tiene precisamente ese objetivo, provocarlos para boicotear el acuerdo que traería la paz anhelada a esta región.

Mientras las principales potencias mundiales dirigen su atención hacia estos eventos, el mapa actual de conflictos y guerras, que puede consultarse en el siguiente enlace https://www.cfr.org/global-conflict-tracker, aquí se revela que en diversas partes del planeta se están desarrollando situaciones de conflicto armado, escasez de alimentos y condiciones de miseria. Nos encontramos en un mundo donde la proliferación de armas químicas y nucleares plantea una amenaza para toda la humanidad. En un abrir y cerrar de ojos, podríamos encontrarnos al borde de un conflicto de dimensiones globales.

Ucrania, ubicada en Europa Oriental, está en guerra con Rusia cuyo territorio se extiende sobre Europa del Este y Asia del Norte, posee un arsenal nuclear, esta guerra inició el 24 de febrero de 2022 mantiene alta tensión en Europa, no se sabe cuándo finalizará. Por otra parte, en el Oriente Medio, países como Irán apoyan la causa de organizaciones como Hamas. Irán tiene la capacidad técnica de producir armas nucleares.

La posición de China en el contexto mundial es determinante económicamente y armamentísticamente, ellos poseen bombas nucleares, en el ajedrez geopolítico mundial cada vez toman mayor liderazgo y se aproximan más a Latinoamérica. El panorama internacional es extremadamente delicado, el riesgo de un conflicto a gran escala es una preocupación que no debe ser subestimada, una tercera guerra mundial tendría dimensiones apocalípticas en un mundo interconectado como el actual, por eso, la paz y la diplomacia se convierten en instrumentos vitales para reducir este riesgo.

A nivel global se vive una multicrisisis que es alimentada por la desigualdad económica, las tensiones religiosas, el irrespeto a los derechos humanos y la injusticia social, entre otros. Es necesario fomentar la cooperación en lugar de la confrontación y el diálogo deben prevalecer. El llamado a la paz debe ser una constante, los líderes mundiales deben mantener un tono conciliador que busque impregnar en cada ciudadano la responsabilidad de alimentar la tolerancia y el respeto, no la división y el odio, que no abona a la convivencia pacífica.

Como ciudadanos del mundo, debemos abogar por la paz más allá de nuestras fronteras, sin vulnerar los derechos de los demás, una tarea un tanto compleja, pero necesaria. En la actualidad, pareciera que la humanidad está parada en un polvorín, un escenario muy peligroso que debemos frenar o mitigar a través de soluciones en pro de la paz. “Shalom”, “salaam”, “mir”, “peace”, palabras en diferentes idiomas que significan lo mismo: paz.

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