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domingo, mayo 5, 2024

El consejero que no toma consejo

Después de que le ocurren cosas a uno, usualmente nos lamentamos, o le decimos alguien muy cercano: “bien que sabía”… doy el consejo yo mismo, pero no lo sigo. Es que es mucho más fácil darlo, desde luego, que seguirlo, pues esto requiere mucho carácter y decisión.

El trabajo de consejería, a mi ver, es algo que le guardo profundo respeto. Pues sin duda la persona que pone su confianza en ese consejo, está esperando una respuesta, una salida, una luz, no una decepción más. Hoy en día, el término consejo se ha disminuido mucho, pues lo que nos hemos vuelto es en opinólogos.

Uno debería aclarar antes “te estoy dando mi opinión, no mi consejo”, pues no tengo la menor idea de que vaya a funcionar, o no puedo respaldar con hechos comprobables que lo que estoy diciendo funcione y tenga éxito. Esto se ve cada vez más en las mentorías, coaching o asesorías que sea dicho de paso, vemos abundantes “consejeros” a través de los canales digitales.

Amigos, es sabio diferenciar las cosas. Dar un consejo, es mostrarte un camino que ya recorrí y sé que va a funcionar.  O vi alguien recorrerlo, que en su caso pude ser testigo, que le funcionó de maravilla. La situación hoy día pasa porque nos hemos enredado entre tantas opiniones. Le pongo un ejemplo:

Si usted entra a la red social, o página de una empresa. Usted busca los comentarios, los lee, hace un resumen en su mente y concluye, si las opiniones son favorables o desfavorables de un producto. La diferencia es que esa es una suma de opiniones. No solo una.

Comprueba que una mayoría tenga la misma opinión. El origen de las noticias falsas, o “fake news” es alguien dando su opinión sobre algo y sin validarlas las creemos y las compartimos. ¿Usted sabía que en los consejos pueden haberlos también? Deberíamos etiquetarlos también, como “fake advice” o falso consejo. Y es aquí donde debería valer la experiencia en las empresas.

La gente de experiencia siempre tiene sanos consejos, que, aunque por el cambio de los tiempos, pueda que muchos debamos actualizarlos, los principios se mantienen. Libros valiosos, llenos de consejos que no caducan nunca. Nuestros papás son consejeros de la vida. Los empresarios de años, siguen dando mentoría a sus empresas. Porque tienen peso lo que dice.

Hoy día, que publicamos todo, que la privacidad en las redes no existe, y que más aún no somos capaces de ser reservados con nuestros asuntos, que importante es contar con buenos consejeros. Para no seguir cometiendo los errores que nos han llevado a tremendos líos.

Pero si usted decide ser uno, o le piden consejo, el mejor regalo que puede dar a la otra persona es decir “no sé” pero te puedo dar mi opinión. Yo mismo pregunto mucho de cosas, porque no las sé. Y me he encontrado en situaciones donde yo mismo soy el que con el dedo acusador me digo, “das el consejo y no lo pones en práctica” porque quizás en ese momento no sabía si eso era realizable o no. Un ciego, no puede guiar a otro ciego. Y por eso debemos tener la humildad muchas veces de saber que quien necesita consejo es uno mismo.

Debemos ser lentos, para dar una opinión de algo que no estemos seguros y pensar antes de hablar. Pues podemos destruir a mucha gente. Si la vida ha sido dura con usted, y le ha tocado vivir muchas situaciones duras, difíciles y ha podido superarlo exitosamente ¡Felicidades! Es un consejero que puede ayudar a otros.

Enrique Zaldivar
Enrique Zaldivar
2050 Comunicaciones
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