Por Irazema Ramos, Sicóloga.
La Psicología Clínica logra establecer el vínculo entre los procesos sociales, mentales y los fisiológicos, considerando al ser humano como un ser biopsicosocial. Toma en cuenta todos aquellos aspectos psicológicos que están presentes antes y al momento de enfermar, al recuperarse y también cómo se adapta la persona a una condición de enfermedad temporal, crónica o letal.
Cuando a mi consulta se presenta un paciente con una condición de enfermedad, la intención del proceso terapéutico es facilitar la adaptación, asimilar lo que conlleva el cambio, desaprender y aprender, tener la psicoeducación necesaria para minimizar el impacto emocional y lograr reducir consecuencias psicopatológicas. Sin embargo, considero altamente necesario atender al paciente desde su condición humana y no desde el diagnóstico, atenderlo desde su historia personal, de quien es él o ella y no desde la historia clínica de su condición. Uno de los teóricos de mi preferencia se llama Carl Jung y este médico menciona que el terapeuta debe: “Conocer todas las teorías. Dominar todas las técnicas, pero al tocar un alma humana debe ser, apenas otra alma humana”.
Cuando nos encontramos en consulta casos difíciles, niños en condición de diabetes, pacientes con cáncer, diagnóstico de lupus, VIH, alguna condición de discapacidad, etc., debemos tener presente, que antes de ser un enfermo, es un ser humano y que, a pesar de ese doloroso diagnóstico, él o ella es más que una etiqueta clínica.
El paciente clínico que recibe psicoterapia deberá atender su salud mental desde el beneficio personal y no solo desde la necesidad de la enfermedad, debe concentrar su fuerza en transformar sus esquemas mentales no solo con el fin de la adaptación a una condición, sino a la vida misma, a desarrollar su inteligencia emocional, subir el grado de asertividad, renunciar a patrones de conducta que le generan malestar, adoptar un estilo de vida funcional para sí mismo y los seres importantes de su entorno y no solo en base a una rutina de salud física y a la adherencia a un tratamiento farmacológico. Debemos ir más allá con ellos, estar presente en sus logros y atender también sus recaídas, colocar una estafeta de esperanza en esta carrera llamada vida, atender conflictos interpersonales que vienen por default con la condición médica, promover calidad de vida, estimular el pensamiento nutrido de libertad, acompañarlos en cada una de las etapas de duelo, entregar herramientas específicas según el caso, etc.
El mes de octubre, a nivel mundial, se considera como el mes rosa, se dedica a crear conciencia y sensibilización sobre el cáncer de mama, tipo de cáncer más común y principal causa de mortalidad en mujeres. Hoy cerramos este mes sumándonos a esa consciencia colectiva, desde nuestra trinchera a atender la salud mental del paciente con cáncer, siendo el objetivo principal atender su condición humana y no solo desde su diagnóstico.
