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miércoles, mayo 1, 2024

Amantes del humo

Compa, me dijo Pin, mientras envolvía semitas y galletas, conocido por su pasión por la política, todos aquí, con gran escándalo por el juicio del hombre; si se fija, en todos lados sale la noticia, si casi le llevan la cuenta regresiva con minutos y segundos, si hasta salió por allí que le hicieron una cabuya para pagarle un abogado parece. Yo todavía no lo creo, pero en esta tierra se ve de todo y más últimamente, me dijo serio.

La cosa es que solo eso sale en todos lados, viendo quiénes van a hablar a favor y quiénes en contra, gran ‘show’ pues. Tal vez no sea por él en sí, sino por la tembladera de algunos que pueden salir embarrados, que salga su nombre y apellido bien bonito allá, con acento chele, digo, con una gran carcajada. Yo, la verdad, me dijo, pienso que eso es puro humo, al señor ya lo tienen topado, ya está guardado y los cheles, créame, cuando mandan a buscar a alguien no lo van a soltar. Todos como en la novela, esperando eso, algunos con sed de venganza, otros con lágrimas en los ojos, algunos contentos y otros como tarima de gallinero. Fíjese que, según yo, me dijo serio, pero eso soy yo, conste, creo que mientras todos estamos esperando el humo que le mencioné, humo le digo porque yo creo que todo está dicho, embelesados y bien portaditos, pendientes de pantallas y periódicos, otros aprovechan para hacer su agosto, nadie se fija, nadie cuestiona, nadie se da cuenta y allí es terreno fértil para leyes y decretos que solo aportan angustias, gestados en hemiciclos y madrugadas. Hasta movidones en el ajedrez político y económico de esta tierra, todo calladito y silencioso, porque usted sabe, compa, que aquí hay unos más largos que una quincena sin pisto. Nambe, si aquel señor, sea o no culpable, con los cheles no se sabe fíjese, si a veces ellos mismos le dan cuerda a uno, para que, de papo, les haga caso y después lo están montando en el avioncito con chaleco y chumpita. La cosa es que deberíamos vigilar el patio de la casa, por si brinca algún tacuazín y se come las gallinas y no viendo a lo largo, estar pendientes pues del paisa que ya está en lo que está, guardado en una prisión y ya adelantado en el proceso en tierras ajenas. Mejor paremos las orejas y veamos que las cosas se hagan en orden aquí donde estamos, seamos críticos y vigilantes que lo nuestro, lo que ha quedado aquí, que lo que pasa allá en el norte sirva de ejemplo. ¡Que sepan el que se mete a tocarle la puerta al diablo, se arriesga a que le abra!

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