Siempre tenía la broma de decir, ¡desde el año pasado que no te veo!, buscaba personas que quizás había ya visto el día anterior. Pudiendo ser el guardia, el pulpero o un familiar. Pero mucho de ello deberíamos ponerlo en práctica, me refiero, ¡claro que nos encantan los inicios de año!, pero muchas veces lo que cambia es el número, el calendario, la fecha. Cambió todo, pero nosotros seguimos con lo mismo de años y años.
Realmente, no creo en tener el pensamiento mágico y creer en que, con solo entrar a un nuevo año, todo va a cambiar. Pese a las tradiciones de inicio de año que inventan. Creo que la mejor pregunta que debemos hacernos es qué cosas se quedarán en este 2023 y no llegarán al próximo año.
Es útil y necesario hacer una parada y revisar el equipaje que seguirá llevando hacia el próximo año, pues muchas veces continuamos llenos de basura, sobre todo en lo emocional, que nos quita espacio para recibir lo bueno del nuevo año por venir.
En lo personal, no recuerdo un año que haya sido fácil, para nada. Cada uno tiene los ingredientes perfectos de retos, desafíos, incomodidad por los cambios a cosas que estamos acostumbrados. ¡Imagínese hacerlo cargando cosas innecesarias! Y aun sabiendo que cada año trae lo suyo, prefiero verlo con esperanza.
La vida es así, como lo dijo Jesús en la palabra: trigo y cizaña. Cosas buenas y cosas malas. Aplausos y bofetadas. Lo digo porque estoy seguro que este año le trajo también muchas cosas buenas, ¡seguro que sí!, pero nos cuesta más recordar lo bueno y agradecer. Por eso, sepa dejar lo negativo atrás y abra con mucha fe lo nuevo por venir.
Si tuvo personas que le defraudaron, lo mejor es soltar eso, y enfocarse en esas personas incondicionales, las cuales muchas veces no valoramos lo suficiente.
Y abrace nuevas amistades. Ese es el valor de dejar todo atrás, si no, poco a poco se va convirtiendo en esa persona amargada con la cual nadie desea compartir.
Si le fue difícil en lo económico, no se bloquee, y aprenda de las lecciones. Desde el día uno desarrolle un plan que le ayude a recuperarse, asesórese, he visto muchas personas salir de deudas con disciplina y creatividad. O bien si es ese trabajo que no desea estar más, levante la vista y vea dónde puede comenzar su nueva etapa laboral.
Enero, en lo personal para mí, es un mes especial y fascinante pues sé que mucho de lo que haga y construya servirá para cosechar en el año. Fíjese bien, los gimnasios llenos de gente que se propuso bajar de peso. Las iglesias llenas de gente que decidió acercarse más a Dios. Los cursos, llenos de gente que se propuso aprender un nuevo idioma. Pero si no quiere que ese impulso se acabe pronto, piense a largo plazo.
Piense que es un plan para un año. Crea que debe reconocer en qué momentos pensará tirar la toalla y, desde ya, que hará para no tirarla. Y por favor, evite decirse “otra vez a lo mismo”, “de nuevo a la realidad”; es así, porque usted quiere. No se victimice de cosas que puede cambiar.
Este es un regalo que todos tendremos, más no todos pueden recibirlo. Muchos su corazón deja de latir en el último segundo y no recibe el año por venir. Si usted tiene esa oportunidad, entre al año con paso firme, creyendo en usted, desafiándose a cosas nuevas y dejando lo malo atrás. Dígase: ¡yo sí olvido el Año Viejo!
