CON “amigos” como Zapatero –mensaje de un fundador del colectivo– ¿quién ocupa enemigos? “Muy claro y práctico su análisis de la política venezolana, hay Maduro para rato, con gobiernos en exilio”. “En un par de meses ya nadie va a hablar más de esto, todo va a seguir igual, como los últimos 20 años”. (Menos mal –tercia el Sisimite– que don Edmundo está fuera de peligro.
¿Pero qué te parece esa “proeza” de Zapatero? -Pues –ironiza Winston– bien dice el dicho que “zapatero a tus zapatos”, y este cada vez que ha metido la cuchara es para dividir la oposición venezolana, permitiendo a la autocracia ganar tiempo en pláticas fracasadas para que pueda eternizar.
Fue mediador del diálogo del 2016 en República Dominicana, entre la oposición y la tiranía. Aquello fue un fiasco ya que no consiguieron ni la liberación de los presos políticos ni la convocatoria a elecciones transparentes.
El éxito consistió en que la “preocupada comunidad internacional” se olvidó de la crisis en Venezuela afianzando la permanencia de la dictadura. -También Zapatero –recuerda el Sisimite– medió en el diálogo 2017-2018 en Santo Domingo.
Los opositores salieron con las cajas destempladas “cuando el régimen quiso imponer condiciones que consolidaban su control del poder, incluyendo las elecciones presidenciales anticipadas sin garantías democráticas”. -El “zampa limones” – concuerda Winston– dados todos los antecedentes, “ha sido criticado por considerarlo demasiado cercano al régimen despótico y poco imparcial en su papel como mediador”.
¿Entonces, cuál sería la deducción, que negociar la salida de don Edmundo fue por ayudarle o como maniobra para destartalar la oposición? La esperanza es que no han podido echarle carrera a la aguerrida Machado). Algunas reacciones en España sobre esa “hazaña”: Alberto Núñez Feijóo, líder del PP: “Maduro estará celebrando que quien “le ha ganado las elecciones”, haya salido de Venezuela “con la intermediación parece ser de Zapatero y del Gobierno de Pedro Sánchez”.
“El político demócrata que ganó las elecciones ha tenido que salir del país y el dictador que las ha perdido se mantiene y controla el Gobierno”.
“España debió de haber concedido asilo a González Urrutia, pero con tratamiento de presidente electo, y se habría unido a la Corte Penal Internacional pidiendo la detención de Maduro, como han hecho los expresidentes Felipe González, José María Aznar y Mariano Rajoy”.
“Pero no, Zapatero, está en todas las salsas con Maduro y con Sánchez”. SUMAR, aliado del PSOE, se manifestó por “una salida negociada”, “reconocida por el régimen de Nicolás Maduro y la oposición, y también internacionalmente”.
La presidenta madrileña se ha preguntado ¿“por qué la izquierda en España ha estado tan callada estas semanas”?, “hasta que González Urrutia pidió asilo en la embajada y, posteriormente, ha sido trasladado a Madrid”.
“¿Por qué han estado callados todo este tiempo y desde ayer lo consideran un triunfo?” “¿Qué triunfo?” –pregunta, al tiempo de reprochar al Ejecutivo–que “no le ha interesado durante todo este tiempo la situación en Venezuela, ni en las manifestaciones ni en las declaraciones públicas”. El Gobierno no haya sido “capaz de reconocer la victoria” del candidato opositor, cuando el expresidente Zapatero “no dudó en ir hasta allí para apoyar a la dictadura”. Mirá –tercia el Sisimite– esto dicen de la OEA: «El régimen no solo ha fallado en producir la menor evidencia del resultado electoral (…), sino que ha forzado el exilio del candidato Edmundo González», “quien «indudablemente» ganó las pasadas elecciones”. -Es para que no digan – ironiza Winston– que a la tal OEA, hasta decir “pío” le cuesta. ¿Pero qué hacen con manifestaciones? ¿Acaso a la tiranía la van a botar a pujidos? -Pero escuchaste –vuelve el Sisimite– ¿cómo María Corina lo cobija?: «Su vida corría peligro, y las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión e incluso los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto, demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo».
«Ante esta brutal realidad, es necesario para nuestra causa preservar su libertad, su integridad y su vida». «Edmundo estará peleando desde afuera con nuestra diáspora y yo lo seguiré haciendo aquí, junto a ustedes». -Más allá – exclama Winston– de las palabras, ¿quién no podría sentir admiración por el gesto de esa mujer, y su coraje?).