Máster Julio César Aguilar
“El ser humano es un animal racional, capaz de vencer sus propios instintos, cuando lo quiere, usando la razón”. Julcao.
Luego de explicarse el hombre, el cosmos, según lo que observaba en el cielo azul en el día y los cuerpos brillantes y titilantes por la noche, durante el año, bajó su mirada y centró su atención en el ser que iba poblando la faz de la tierra: El Hombre.
Al correr de los siglos se acumularon muchos conocimientos, que perfilaron al hombre, en lo referente al origen, desarrollo, comportamiento y posibilidades. Viviendo ya en ciudades, iba impactando en el medio ambiente, cambiando lo que consideraba necesario para satisfacer su deseo de dominar la naturaleza y a sus congéneres.
Fueron muchos los estudiosos que aportaron sus descubrimientos, para ir paso a paso, desentrañando los misterios que rodean la vida del último eslabón, en la evolución humana. Uno de ellos fue el filósofo, conocido con el apelativo de Platón, el de las anchas espaldas que, en sus múltiples escritos, propone posibles explicaciones para el comportamiento de los seres humanos. En el relato de “El mito de la caverna” aborda el tema de la naturaleza humana respecto de la ciencia y la ignorancia.
Describe una caverna iluminada en su entrada por la luz, dentro de ella se encuentran unos hombres encadenados desde su infancia, de tal manera que no pueden cambiar de lugar ni volver la cabeza para ningún lado y menos para atrás, debido a unas cadenas que les sujetan las piernas y el cuello, solo pueden ver hacia el frente. A sus espaldas hay un muro a lo largo de un camino escarpado, a cierta distancia del camino y a cierta altura, hay un fuego, que proyecta las sombras sobre la pared, frente a los hombres encadenados, de las personas, animales y objetos que transitan por el camino.
En esta situación, estos hombres están plenamente convencidos de que las sombras son las que hablan y no los que transitan por el camino, es más, están seguros de que no existe nada real fuera de las sombras. Sacar a estos hombres de su error es una labor casi imposible y probablemente se rebelarían y matarían a quien lo pretendiese.
“El Mito de la Caverna” permite comparar estos encadenados y el inicio de la vida humana. Los primeros nueve meses de existencia se está encadenado por el cordón umbilical a la madre. El movimiento está limitado por un espacio reducido. Lo intelectual y afectivo, está determinado por el grado de cultura de la madre y la vida social que esta lleve. En el inconsciente quedarán grabados, sin posibilidad de cambio, vivencias y emociones de la madre, que determinarán en mayor o menor grado, la psique del futuro ciudadano. Será casi imposible sacar a un individuo de las creencias aceptadas en este período de su vida.
Por lo anterior, es fundamental que cada mujer que pretenda ser madre se compenetre de la gran responsabilidad de moldear al ser que trae a este mundo. Ella debe contar con una sociedad que proporcione una educación de calidad, una educación auténtica, que se inicia en el hogar, se consolida en la escuela y se mantiene en la sociedad. Una educación pensada, planeada y factible.
¿Será que, si lo volvemos a pensar, tendremos una educación, que forme a los ciudadanos que necesita la patria, para vivir un desarrollo social?
