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sábado, mayo 4, 2024

Y así vamos repitiendo

Cada 28 de diciembre es de esperarse (aunque me parece que más antes que ahora) que hasta los medios informativos más serios ya fueran escritos o televisados, gastaran alguna broma (muchas bastante pesaditas, a decir verdad) a sus lectores y televidentes. Y aunque, como dije, fuera una cosa de esperarse, la realidad es que a muchos nos agarraba desprevenidos y caímos precisamente, como niños inocentes, en ellas. Y pues, tampoco faltaba quien dedicara el día entero a hacer bromas a sus conocidos. Pero sí creo que es algo que no se da tanto hoy en día como se daba hace algunos años.
La mayoría de nosotros sabe qué se celebra en esta fecha (el Día de los Santos Inocentes) pero no es tanta la gente que sabe con exactitud de qué se trata, ¿el por qué?
Pues resulta que los Reyes Magos, como son conocidos estos tres hombres sabios, al recibir las buenas nuevas sobre el nacimiento del próximo Rey de Israel, decidieron viajar desde donde estaban para rendirle honores y así informaron al entonces rey de Judea, Herodes el Grande, quien a su vez les pidió que le avisaran cuándo y dónde sería esto, para hacer él lo mismo pero la realidad era que el soberano buscaba matar al bebé creyéndolo una futura amenaza para su reino. Informados sobre las verdaderas intenciones del monarca, el trío decidió no avisarle nada y los padres de Jesús huyeron a Egipto para proteger a su hijo. Herodes montó en cólera al saberse burlado y decidió mandar a matar a todo niño que hubiera nacido por esas fechas. La iglesia latina decidió, entonces, colocar el recordatorio de estos tristes acontecimientos para justo unos días después de las celebraciones de la Navidad.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, están llenos de fascinantes relatos que nos hacen comprender muchísimas cosas no solo de los tiempos actuales sino de nosotros mismos.  Y hablando de gente inocente, por ejemplo, se me viene a la memoria la historia del pobre Juan el Bautista, un hombre bueno pero incauto a la vez que terminó con la cabeza en una bandeja por creer en el amor de una mujer no tan inocente que digamos. Y ya que estamos en esas, no podríamos dejar de mencionar a otro buenazo, pero demasiado ingenuo, Sansón, quien culminó demasiado pronto con su existencia por las mismas razones.
La historia en general está abarrotada de episodios que nos permitirían, si les diéramos la oportunidad, entender por qué suceden muchas de las cosas que están sucediendo ahora mismo y por qué nosotros reaccionamos o no, de la manera que lo hacemos, ante ellas. Pero, insisto, esto únicamente si lo permitiéramos, ya que si hay algo que está más que comprobado y sigue comprobándose al pasar de los años, es que las personas no estamos aprendiendo de la historia y lo que hacemos entonces con esta falta de atención, con este poco interés en ella, es condenarnos a nosotros mismos a repetirla.

Emy James
Emy James
Emy James, psicóloga y Máster en Educación, escritora a nivel profesional. Trabaja en teatro y radio y es también docente.
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