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jueves, mayo 2, 2024

Una breve visita al infierno

Por Otto Martin Wolf
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Advirtiendo que tiene que ser breve pues entiendo que ahí queman a la gente. La mayoría de los debates que periódicamente sostengo con algunos creyentes terminan ahí, me mandan al infierno, será porque no creo en castigo o premio eterno. De todas maneras, he decidido realizar una imaginaria visita al infierno, a ver cómo andan las cosas por ahí. Empecemos con algunas preguntas: ¿Qué es realmente el infierno? ¿Será el alto precio de los combustibles? ¿Los terribles baches en las principales calles y carreteras? ¿La incertidumbre política que de nuevo nos pone en zozobra?

¡Comparado con lo anterior el infierno bíblico no es nada! ¿Cómo se puede, entonces, describir en pocas palabras? ¡Calor terrible, ropa horrible, diablos con tridentes y pésima comida! Según el conocimiento general, el infierno es un lugar creado por un ser de infinito amor, bondad absoluta y amo del perdón para castigar eternamente a todos los que le llevan la contraria. Así de sencillo y así de complicado de entender. Está administrado por el rey del mal, nada menos que Satanás en persona, cuya principal ocupación es castigar a todos los que se portan mal.

Ahí continúa lo incomprensible. De manera que el diablo (nombre con el que se le conoce popularmente) dedica todo su poder a castigar a todos aquellos que estuvieron en contra de su archienemigo (Dios). ¿Verdad que es difícil de entender? ¿Por qué los castiga por portarse mal? ¿No es cierto que debería premiarlos? Hicieron cosas terribles, de verdad que fueron malvados; ¡esos son los de su bando! ¡Él es el rey del mal! La lógica diría más bien habría que darles aire acondicionado, magníficos banquetes, licor, drogas y hasta una sección especial donde el sexo de todas clases y tipos no solo es permitido, ¡pero también estimulado!

No lo entiendo. Tampoco mis antagonistas me pueden explicar quién hizo al diablo, ¿quién le dio grandes poderes y por qué de un solo plumazo no lo elimina o lo convierte en bueno? De igual manera nadie me puede aclarar para quién trabaja el demonio. Si castiga a los malos ¿quiere decir que Satanás trabaja para el todopoderoso?

¿Para quién más si no? No puede ser independiente, no puede actuar “como diablo suelto”, recordemos que no se puede mover una hoja si Él no lo permite. Entonces el diablo castiga a los malos (que son los de su bando) por órdenes del todopoderoso, que es el bueno. Aparte de eso hay cuestiones técnicas y de costos, por ejemplo: ¿Quién financia la operación? Es lógico suponer que todas esas llamas y elementos de tortura tienen un costo que debe ser bien alto. Por otra parte, ¿los diablos trabajan gratis? ¿O, con su infinito poder, fabrica los combustibles con los que se produce el fuego? ¿Los regala o venderá con subsidio?

¡No sé cómo alguien puede encontrar lógica a eso y, mucho menos, justificar esa acción por parte del rey del amor, la misericordia y el perdón!

Todo un departamento de tortura y dolor creado por “el bien” para castigar a quienes piensan diferente utilizando el libre albedrío otorgado por el todopoderoso.

“¡Te dejo pensar lo que quieras, pero, si me llevás la contraria, te mando al fuego eterno!” De verdad, creo que todas esas incongruencias necesitan una explicación lógica, algo que pueda entender un niño de diez años, no solo los grandes teólogos. Lo que sí debe quedar claro es que el infierno -con sus torturas eternas- vienen del ser que no tuvo empachos en asesinar a toda la población del mundo con un diluvio universal. Tampoco debemos olvidar que todos los que mató en el más grande genocidio de la historia eran sus hijos, su creación.

El padre/creador asesina a sus hijos porque le llevaron la contraria (utilizando la libertad de pensamiento otorgada por él mismo) y, además de matarlos, los envía al infierno donde Satanás y todos sus empleados (creados por Él) se dedican a torturarlos por toda la eternidad y por su cuenta corren todos los costos de operación. Por falta de espacio no logré describir lo que pienso sucede dentro del infierno, me quedé apenas en las puertas; lo haré en otra ocasión.

Mientras tanto pensemos: Si usted tuviera súper poderes ¿crearía a sus hijos sanos, lindos y buenos o los haría malos, sabiendo que irían a su infierno? ¿Crearía un departamento especial de tortura y castigo para sus hijos, su creación? Es lo que me quieren hacer creer en esos debates.

Finalmente, una pregunta para los teólogos: Si el todopoderoso mata, ¿comete pecado?

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