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viernes, mayo 10, 2024

¿Un terremoto… Está cerca el fin del mundo?

Atención, no me refiero al que acaba de afectar a Turquía y Siria, de ese aún no han terminado las réplicas y las consecuencias del mismo en el mediano y largo plazo están aún por verse, por el momento puedo comentar que hay cuarenta mil y pico de  muertos y más de millón y medio de damnificados.

Hablemos de uno más devastador ocurrido hace varios milenios, el cual deshizo las ciudades de Pompeya y Herculano, en la zona de Campania, en el sur de  Italia, cerca de la bahía de la actual Nápoles, causando decenas de miles de muertos.

El Monte Vesubio, en el año 79 antes de nuestra era, hizo erupción, remeciendo la tierra y enviando una nube de ceniza que sepultó ambas ciudades (Herculano era una base militar romana).

Mucha gente fue sorprendida sin poder escapar, el resultado fue terrible.

He tenido la fortuna de visitar Pompeya, recorrer sus calles y contemplar seres humanos petrificados, algunos en posiciones de terror, otros simplemente parecen dormir y algunos abrazados ante la certeza de la muerte que les llegaba en forma de un material incandescente llamado piroclástico.

Solo aquel que ha recorrido sus ruinas puede darse una real idea de la magnitud de la tragedia, ningún video puede demostrar el tamaño del desastre.

En el caso de Pompeya no se trata de sencillas ruinas, edificios fracturados y cosas parecidas; es toda una ciudad, con miles de casas, mercados, templos, plazas, canchas deportivas, teatros, todo lo que puede albergar una ciudad cuya vida terminó en instantes y se detuvo en el tiempo.

En el año 1748 fue descubierta Pompeya, toda la ciudad estaba bajo varios metros de ceniza volcánica y piedra pómez, materiales que facilitaron la excavación, así como su remoción completa.

Pues bien, esa enorme tragedia, así como muchas otras ocurridas por todo el planeta a lo largo de la historia y los tiempos, pudo haber sido tomada por los “mensajeros del caos”, como un aviso del fin del mundo, tal y cual sucede con otros eventos en la actualidad.

¿Quiénes son “los mensajeros del caos”, como los he bautizado yo?

Son personas que todo el tiempo buscan “señales” de que las profecías se están cumpliendo y que pronto todo terminará.

Debo decir, como es evidente, que todas esas profecías han fallado, la prueba es que nuestra civilización está vivita y coleando.

Los mayas dijeron algo sobre el año 2012, que fue tomado como una de esas profecías por creyentes cristianos, que son quienes más se preocupan siempre por eso del fin del mundo, aterrorizando a otros que andan más perdidos que ellos.

Unas cabras se vuelven locas y comienzan a caminar en círculos… son “señales” de que el fin se acerca. Nubes con formas raras… ¡prepárense porque todo terminará pronto!

El fin del mundo desde luego que llega, pero es un fin del mundo personalizado, cuando termina la vida de cada uno de nosotros, ya sea por terremotos, inundaciones o de las mil y una maneras de morir existentes, incluyendo de viejo y en la paz de su cama.

Los mensajeros del caos viven en constante terror, buscando la confirmación de sus temores en tajadas de pan tostado, troncos de árboles cortados, la visita de un cometa, cualquier desastre natural y hasta en el vuelo de bandadas de aves.

Existen profetas modernos que constantemente quedan en ridículo, cuando se ven obligados a “recalcular” la fecha de un fin del mundo que nunca llega, tal y como sucedió con el tan esperado fin pronosticado por los mayas y, debo decirlo, con el famoso Nostradamus, que no era otra cosa que un farsante el cual -por la ley de las probabilidades- algunas veces parece haber acertado en sus “Centurias”, una colección de poemas “proféticos” que pueden ser interpretados de miles de maneras, haciendo parecer que algunas de ellas han acertado.

Nadie puede ver el futuro, nadie puede profetizar nada, mucho menos aquellos que tienen el cerebro trastornado por el fanatismo religioso y ven “fines del mundo” en todas partes y a toda hora.

Desde luego que siempre habrá más terremotos, incendios e inundaciones y que todos vamos a morir de una manera u otra, pero nada que ver con profecías o leyendas religiosas.

Con la mente desequilibrada, perdiendo la noción de esa realidad, parecen felices de vivir en el terror del fin del mundo, pues eso comprobaría que sus creencias y supersticiones son verdaderas.

Exactamente como lo digo: Parecen felices de vivir pensando en el terror del apocalipsis.

Por Otto Martin Wolf
[email protected]

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