Pues mire compa, me dijo pensativo, mientras se empinaba su chela y jugaba con un churrito, como que ahora es noticia, que allá por la tierra del mero mero, donde crucificaron al hijo del patrón pues, se empezaron a dar maceta otra vez, de eso se habla en todos lados, pareciera que nosotros los humanos no nos cansamos de matarnos, como que el tufo a sangre nos hace falta ¿vaa? Como si fuera bonito ver muertos y viudas llorando o, peor aún, niños sin casa y aguantando hambre, o las tendaladas de jóvenes muertos, mandados por los políticos viejos, esas vidas que empiezan cortadas de tajo por una bala peleando a saber. Nambe, si de bonito no tiene nada y espero que luego se apague eso, me dijo volviéndose a empinar su chelita, aunque lo dudo porque no hay como la guerra para hacer pisto y todos lo saben, hasta los de lejos aprovechan. Imagínese compa, qué tan lejos que suenan los macanazos, al otro lado del charco pues, casi en otro mundo, pero por ésta, me dijo haciendo la cruz con los dedos, que aquí pagaremos caro esa nueva guerra, hasta oiremos los ecos de los tiros y las agonías de los sufridos si ponemos atención. ¿Cómo así?, le dije más confundido que intrigado. Sí compa, me dijo, desde que reventó el primer tiro, desde que sonó el primer grito, de esa guerra allá, acá empezaron a ver cómo jalan a su matate, como el azadón pues, alístese mijo, que la otra semana salen que subió el barril del petróleo y que está cerrada la comunicación y no sé qué otra pata de muerto, en resumen, le subirán a la gasolina, al maíz y los frijoles y a todo lo que se le imagine a su seso y eso que se siembra aquí, ya van a empezar a decir que tendremos que hacer más sacrificios y a subirle al colectivo y al bus y hasta aquí en la pulpería pagaremos los tiros disparados allá compa, venga a comprar un cartón de huevos la otra semana y le apuesto que su pesito más caro estará, como si las gallinas que los ponen anduvieran en la guerra, me dijo riendo. Nambe compa, si ahora con eso que el mundo es más pequeño con la tecnología, no puede gritar un loco a lo lejos, porque aprovecha otro acá cerquita y con los que tenemos ahora, que solo son excusas…
Imagínese que hasta mentaron que ahora debemos de ganar menos por la crisis, me dijo serio de repente, nambe si a estos capaz que se los llevan los cheles aquellos, familia de Stalin. Se imagina, entonces, si no van a aprovechar los tambores de guerra, aunque no sea con ellos, para ver cómo le hacen. Sí compa, ahí le dejo, me dijo, para que lo medite, aquí aprovechan todo, para echar la culpa de sus travesuras siempre ha sido así y siempre lo será si seguimos así. Así que aliste la faja para socarse otro hoyito más, porque ya pararon las orejas por los tambores y ya les brillaron los ojos de codicia.
