Un moderno, actualizado y renovado sistema judicial es indispensable en Honduras, en cuanto al seguimiento de un procedimiento eficiente, completo e indubitable que determine una sentencia o fallo que no deje margen de dudas, abarcando todos los momentos o etapas que exige la ley y demás ordenamientos legales, mismos que verdaderamente tienen relación directa o indirecta con la causa, sumario, instrucción, o enjuiciamiento que se tramita, en contra una o varias determinadas personas, para terminar con la evacuación de pruebas, y en un fallo final o sentencia, se concluye con la imposición, absolución, indulgencia, de los procesados, o bien, con el castigo y cumplimiento de las penas o medidas de seguridad.
La forma de impartir justicia en un país, implica el reflejo de la situación general que se percibe dentro de los distintos sectores o núcleos sociales de las porciones de cualquier territorio. En tal orden de pensamientos, la justicia es el parámetro fundamental del panorama o situación de una nación.
Todo ser humano tiene derechos y obligaciones que se consideran como prioridad esencial en cuanto a su seguridad y defensa social. No podemos descartar que, en ciertos casos, se capturan o detienen a ciudadanos y se les recluye o encierra en las cárceles que no tienen o reúnen las condiciones mínimas de higiene y seguridad, espacio habitacional, condiciones de salubridad, limpieza y algunas otras de similar naturaleza. Hay que hacer la correspondiente división o separo, para evitar daños mayores, los abusos que se cometen y los cuadros de dolor y tristeza que posteriormente se presentan. Destellar el verdadero impulso de la democracia se alcanza separando las vicisitudes que impiden el desarrollo de los pueblos.
Si se pretende sacar lustre o brillo en la escogencia o selección de los quince (15) magistrados de la Corte Suprema de Justicia, para el periodo 2023 al 2030, se tendrá que buscar en forma minuciosa, detallista, considerada, apreciada, responsable y sutil a los abogados y notarios que, con tanto sacrificio, estudio, exámenes, disciplina y cuidado, propone la Junta Nominadora. El Congreso Nacional entraña un enorme y formal esfuerzo, teniendo una tarea seria, habilidosa, impostergable y de gran credibilidad. El desenvolvimiento gradual, no permite deferencias o atenciones de ninguna especie. La intensidad y profundidad al comprender su responsabilidad, los deberes cívicos y las exigencias de variados criterios se inclinan por conseguir coloridos y variadas escogencias cultivadas por la experiencia, práctica, unida a las ilustraciones por medio del estudio, y de manera especial, la conducta honesta de los postulantes, son desde luego, elementos sobresalientes. La fuerza sonora de la sinceridad, los valores y principios, la concentración eficaz, la imparcialidad y el criterio jurídico, sostienen el pedestal de la cualidades, méritos y virtudes de un organismo judicial superior.
Hay que suprimir el sectarismo político, las imitaciones artificiosas, el interés mezquino, la ventaja personalista, la vehemente acumulación de bienes terrenales, con un despertar renovador que presente un escenario por conseguir la verdadera unidad y simpatía del pueblo hondureño, con sinceros deseos de lograr prosperidad, felicidad, justicia y bienestar para todos.
La estabilidad política, la reactivación productiva, se consiguen con seguridad social, crecimiento de los servicios públicos, mayores fuentes de ocupación o empleo, el mantenimiento básico de la libertad de expresión y el verdadero cumplimiento de los objetivos propuestos.
Ernesto A. Reina
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