Hoy, casi por casualidad, de camino a la chamba, apretujado en el rapidito y siendo casi el único que usaba la mascarilla y rodeado de toses y estornudos, aunque el gobierno dice que ya no existe el dichoso virus, jajaja, pues, se sentó al lado don Teto, conocido en el barrio por su pensamiento rápido y su sabiduría, aunque nunca haya pisado un aula de universidad en toda su vida, de esos cerebros de primera que nacieron en hogares dónde lo importante es devengar para subsistir.
Pues, se sentó al lado y con una mirada pícara se colocó su mascarilla, “por si las moscas”, me dijo sonriendo. Justo en el semáforo, pudimos ver una pareja vendiendo dulces y con la bandera de otras tierras en colgada en sus espaldas. ¿Se imagina?, me dijo, esa gente de allí, que tuvo que salir a buscar vida. ¿Pidiendo aquí que estamos igual de fregados? Esa es como para escribir una tragedia, de esas que se echaban los griegos ¿verdad? Pues, le contesté yo, sin saber a qué obra se referiría y recordando que los griegos antes eran potencia en fútbol. Mire, me dijo, como queriendo explicarme lo que su mente entiende, lo que vemos son tragedias de gente como consecuencia de la tragedia de sus países. Esos señores de afuera, pues, se fueron casi echados porque la tripa ya dolía de aguantar hambre, se fueron a buscar suerte a los “yunai” pero les tocó esperar aquí y tratar de juntar pisto para seguir o recular a punta de confites y caridad. Pues, es lamentable, me dijo con una mirada ensombrecida, que aquí estamos haciendo justo lo mismo, los que mandan ya andan copiando los gobiernos de esos países y eso que se sabe es que no han funcionado, potencias económicas que ahora solo son el reflejo de lo que fueron, en vez de mejorar retrocedieron en todo, abundantes de necesidades, no les quito el mérito de querer abolir la desigualdad, pero deberían de buscar otras ideas, para que sus súbditos no anden pidiendo o vendiendo confites en tierras ajenas que están peor que ellos, eso es lo que no entiendo, cómo los de aquí más bien quieren empeorar la cosa, como que les gusta la idea de ir para atrás, venimos de un desastre, lo admito, los que se fueron ni merecen llamarse catrachos, pero de eso a lo que vemos, creo que muchos ahora los preferirían ¿vaa?
Los de turno hasta mal agradecidos son, rompiendo con países que nos han ayudado por casi cien años, sino que de remate les exigen, diría yo, “pistío para volver a ser amiguitos”, para hacer eso no hay que tener vergüenza ¿vaa?
Pero qué sé yo, un viejo mecánico de política ¿vaa? Solo sé que todo va más caro y todo va más peligroso y si uno relincha, ya le mandan un colectivo para que lo cachimbeen a uno, eso por lo menos es nuevo, dijo con una carcajada.
Hasta los hospitales del pueblo y para el pueblo se toman, no dejando que el pueblo, que ellos mismos dicen defender, busque aunque sea una acetaminofén, que tal vez exista en los estantes vacíos, es irónico eso, como que aquí no solo vamos en retroceso, volviendo al oscurantismo de las dictaduras camoteadas o disfrazadas, pues, de democracia para que no digan nada en las Naciones Unidas, sean de izquierda, derecha, de arriba o de abajo pues, donde, como los señores feudales de antaño, donde solo los familiares y amigos de los que mandan son los únicos que pueden vivir como Dios quisiera que vivieran todos, con dignidad, más que todo, sino que también vamos para atrás, ¿cómo así?, le dije yo confundido, porque las dos palabras, según yo, son lo mismo, pues, que vamos como en cangrejo, me dijo, caminando para atrás y deshaciendo lo poco bueno que nos quedaba, lo poco que hemos logrado hacer en medio de tanto mañoso, la pulpe de la esquina con la que los señores educaron a sus hijos, el puesto de naranjas o la chiclera con la que se lleva esa tortilla a la mesa y tantas otras historias de paisanos, que cada día se apagan por falta del metálico. Sí compa, me dijo muy serio, no solo vamos de retroceso, sino que “para atrás también”.
Jesús Pavón
