A lo largo de la historia los seres humanos hemos intentado huir de todo lo que nos haga daño, huimos de aquello que nos lastime y nos enfocamos en buscar placer y bienestar, por lógica natural esta premisa tiene validez, ya que nadie está dispuesto a padecer y sufrir. Sin embargo, entre más rápido comprendamos la diferencia entre dolor y sufrimiento, las experiencias de vida serán vistas desde un enfoque diferente.
El dolor es inevitable, en cada etapa de nuestra vida, niñez, adolescencia etc., tendremos eventos que nos producirán malestar, por tanto, el dolor es una experiencia vital, una sensación obviamente incomoda que evoca una emoción negativa, molesta y desagradable, que puede ser vista como un aprendizaje personal. El dolor emocional puede ser sentido o llevado de manera diferente entre una persona y otra, dependerá de múltiples factores, personalidad, apego, cultura, apoyo social, inteligencia emocional, espiritualidad etc. Cada situación y cada persona es diferente y cada uno gestiona o afronta el dolor de manera individual. Una característica importante del dolor es que la situación deberá estar en tiempo presente.
El sufrimiento es producto del dolor y se ubica y alimenta en un tiempo y espacio distintos al momento presente, se ubica más adelante del tiempo en que sucedió el evento doloroso, sufrimos de manera constante, por preguntas que ruedan como heno en desierto, en nuestra cabeza. Preguntas que la razón puede llegar a contestarnos pero que por el dolor que permanece no logramos asimilarlo. El problema que encontramos en el sufrimiento es que es a largo plazo y la sensación permanente de dolor, obliga al sistema nervioso al desgaste, volviéndonos vulnerables a algún trastorno del ánimo como la depresión. El sufrimiento produce desazón, amargura, desesperación, angustia, tristeza, oscuridad.
Para finalizar debemos dejar claro que ambos, dolor y sufrimiento son necesario en la vida, son pilares para iniciar el alivio, la aceptación y la cura, son emociones que nos desarrollan resistencia, nos vuelve más capaces de superar dificultades, del mismo modo que un músculo físico se fortalecerse, con la práctica, el dolor emocional nos robustece, tonifica y vigoriza ante las siguientes dificultades que presentará la vida. En un artículo posterior analizaremos los factores que influyen en la duración del sufrimiento. Pero hoy quiero que tengamos claro que frente a ambos no se lucha de manera desesperada, ambos se aceptan mediante un proceso psicológico, social, personal y espiritual, ya que ninguno de los dos puede ser eliminados del todo. Pero, aun así, el sufrimiento a lo largo del tiempo no tiene por qué ser tan pesado, eterno y devastador, tienes la opción de disminuirlo cuando entra en juego la razón, la lógica, el sentido de supervivencia, la esperanza, resiliencia etc.
“EL DOLOR ES INEVITABLE, EL SUFRIMIENTO ES OPCIONAL”.
-Buda Gautama
Por Irazema Ramos, Psicóloga.