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viernes, abril 19, 2024

SIN VENDAS: Apátridas

Bueno ¿y va a querer los huevos al fin?, me dijo algo mosqueado el pulpero, mire que solo esos me quedan, porque venían muy caros, me dijo como disculpándose. Sí, deme los tres esos y media libra de azúcar y dos bolsitas de café, le dije, qué barbaridad la de los vecinos ¿vaa?, me dijo de repente, le contesté más perdido que camarón en sopa de res; ese resto de gente, me dijo con ojos brillantes, porque es bien sabido en el barrio que la política es lo que le gusta, hace poco en el país de al lado despacharon un montón de gente en avión adonde los cheles, como los que vienen a diario aquí, pero al revés me dijo.

El gobierno de a la par, los tenía entoletados a casi todos solo por ser contrarios al régimen ese, y muy tranquilos los metieron en un avión y los mandaron al norte y de remate les quitaron la nacionalidad y sus bienes, ahora ellos son apátridas, me dijo, ¿apátridas?, le contesté yo, como saboreando la palabra que no terminaba de encajar en mi cerebro, como cuando uno ve un animalito raro y no sabe qué es, algo así me sonó la palabrita esa.

Hay mijo me dijo él, casi con dulzura, eso quiere decir que esos deportados ya no tienen patria, ya no tienen derechos, ya no son ciudadanos y no gozan de pasaportes y papeles, ningún país puede aceptarlos porque no son ciudadanos de ningún lado, es como que lo manden a uno al destierro, pero siendo un fantasma. Uno cuando nace tiene derechos por haber nacido en cierta tierra el “ius soli” decían los romanos, lo que lo ata a uno por nacer y crecer en cierto lado, ¡pero a estos los deportaron al revés y los mandaron en chuña!

Bueno, le dije yo, entonces, un grupo de gente, los sacaron de su país y los mandaron a tierras lejanas con una mano enfrente y otra atrás, ¿a buscar suerte y a la buena de Dios?, como las caravanas ¿vaa? Me quedó viendo largamente, tanto que me dio miedo que le hubiese dado un derrame y de repente con una estruendosa carcajada me contesto que sí, eso pensaba él. Sí, me dijo, ¡tiene razón usted! A esos los sacaron por política, despojados de toda dignidad a ver qué hacen en otro lado y sin derechos, sin nombre, lejos de la tierra que los vio nacer, las caravanas son lo mismo, tal vez corridos por hambre o miedo o tal vez política, la cosa es que son lo mismo y van al mismo lado. Sí, me dijo, mientras echaba los huevos con cuidado, como bienes preciados que son, ¡tiene razón usted!

Jesús Pavón

 

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