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sábado, mayo 18, 2024

Señales extraterrestres

Otto Martín Wolf
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El 2 de octubre de 1925, se logró emitir la primera señal de televisión de la historia. Fue un pequeño gran experimento realizado en Inglaterra. En 1936, desde Alemania, se emitió la primera transmisión abierta, coincidiendo con los Juegos Olímpicos que se celebraban Berlín. Quiere decir que esas señales han viajado al espacio a la velocidad de la luz durante 90 años, eso es bien largo. Pensemos, 45 de ida y 45 para que posibles civilizaciones nos envíen sus respuestas.

La pregunta es: Si existen otras civilizaciones inteligentes en el Cosmos, ¿por qué no las han recibido y contestado? Supongamos que hay planetas con vida inteligente que han sido alcanzados por esas señales, pero pensemos su desarrollo tecnológico es igual al de nosotros en 1900, antes del primer televisor. Todo pasaría desapercibido, jamás sabrían de “Quién quiere ser millonario”, “Bailando con las Estrellas” o los campeonatos mundiales de fútbol.

Pero, digamos que a una distancia de 45 años luz no existe vida inteligente con capacidad tecnológica para recibir y responder nuestras señales, estas seguirían viajando (y debilitándose) cada vez más.

Quizá más allá podrían encontrar inteligencias receptoras, pero eso no lo sabemos ni tenemos forma de comprobarlo. Ok ¿y qué sucede con “sus” señales de televisión? No tendrían que ser enviadas a nosotros, podrían ser sus programas de televisión propios. Es obvio que también a esa distancia (90 años luz, lo que tienen nuestros primeros rudimentarios televisores) tampoco se están efectuando transmisiones, de lo contrario ya las hubiéramos detectado, ¿cierto?

No se puede descartar que, de algún punto de nuestra galaxia se estén emitiendo pero que tardarán aún unos cuantos miles de años en llegar a nosotros. La Vía Láctea tiene una extensión de cien mil años/luz, hay campo y tiempo para todo. O quizá, esas civilizaciones ya superaron la televisión y su tecnología es tan avanzada que nosotros aún no podemos detectarla, simplemente no sabemos que existe.

Pensemos en el telégrafo, ¿hay alguien aquí mismo buscando señales telegráficas? Noup, la tecnología lo descartó hace ya bastantes años, igualmente quizá para otros la televisión sea cosa del lejano pasado. También, otra civilización inteligente podría no necesitar tecnología como nosotros la conocemos.

Muy cerca de la Tierra, el satélite (luna) Encélado, que orbita Saturno, podría contener agua y vida en ella. A lo mejor seres inteligentes, versiones muy avanzadas de nuestros pulpos o algo totalmente diferente, como las muchas especies de seres vivos que frecuentemente se descubren en la Tierra. Vida acuática inteligente, con una tecnología adaptada a su medio ambiente (como la nuestra a la atmósfera), de momento no habría manera de detectarlos.

Y eso, como acostumbro decir, nada más en el vecindario, aquí cerquita, en nuestro Sistema Solar. Entre los miles de millones de soles (estrellas) de la Vía Láctea y la cantidad casi infinita de sistemas solares de todas las galaxias detectadas, lo más seguro es que hay vida. Sus elementos básicos son oxígeno, hidrógeno y nitrógeno, que también son los más abundantes en el Cosmos, así que las posibilidades están a favor de que haya vida allá afuera.

Pero el método científico no depende de las posibilidades, exige la comprobación fuera de toda duda y esa aún no la tenemos (espero que pronto, al igual quizá que millones de terrícolas “nerds” como yo). El novísimo telescopio espacial Webb recientemente puesto en operación por la NASA está realizando descubrimientos maravillosos, algunos de los cuales han arrojado las primeras dudas sobre el Big Bang como inicio de todo, dicho sea de paso. Su alcance es enorme, quizá muy pronto recibamos la sensacional noticia. De igual manera, radiotelescopios como el llamado “El Ojo de China en el Cielo” (obviamente chino), al igual que muchos otros aparatos en todo el mundo, escudriñan permanentemente el Cosmos en busca de conocimientos y, desde luego, vida.

Jamás se había puesto tanta tecnología ni invertido tanto dinero en la exploración espacial, es de esperar que pronto encuentren “algo”. Pero, tristemente, también pueden pasar miles de años sin despejar la duda, sin encontrar la prueba definitiva de que la vida no es un fenómeno aislado de nuestro planeta, todo está por verse. Nada más pensemos cuántos años tomó que oficialmente se “descubriera” América. Desde el comienzo de los tiempos nadie sabía de su existencia, solo sus propios habitantes.

Nuestro planeta y nuestra civilización son prácticamente nuevos, el tiempo por delante es ilimitado, quizá algún día…

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