Algunos hogares hondureños pudieron, después de las viandas de la Navidad, recalentar sus comidas, y reiteramos que solo en aquellos hogares que pudieron. Pero, si esos alimentos están mal dispuestos o la gente de casa mete sus manos para pellizcar y comerlos, al final terminará contaminado y alguno se quedarán sin alimentarse. Más o menos eso es lo que está sucediendo con el Presupuesto General de la República en la actualidad. No es fácil administrarlo y sobre todo cuando quien dispone de tal, con mecanismos basados en Derecho y en debido tiempo y en debida forma, no tiene el seso, la cordura de saber repartir donde más se necesita.
En el caso de Educación siempre se alardea de los “logros” en función de días-clase al año, o de la merienda o de la baja deserción (todo lo anterior es bueno) y cuando en realidad es el deber de los funcionarios hacer lo que es correcto, sin aplausos, ¡ese es su trabajo! En Salud, Seguridad, el agro, todavía están en deuda con la población que les coloca allí mediante el voto, legalizando su ejercicio, pero de eso a tener legitimidad con una buena administración es algo muy diferente y ese caso lo vemos cada vez que se quita a un gobernante, tal como lo hemos visto con el caso de Perú con el auto golpe que hizo el entonces presidente de izquierda Pedro Castillo. Son enormes lecciones que da la vida y esas son las cosas que debemos superar como país, ver las consecuencias de esas truculencias, vengan de donde vengan.
Es por ello que el Presupuesto debe ser orientado, supervisado y exigido en función de que esos recursos deben llegar donde deben, provocando desarrollo, no solo verlo como una piñata populista y esconder los recursos para quién sabe qué propósitos. Las prioridades son Educación y Salud, obviamente que el tema de Seguridad siempre será prioridad debido al entorno geodelictivo que tenemos y que ha crecido exponencialmente por la indiferencia de las sociedades y a veces con cómplices inesperados.
El Presupuesto debe ser manejado limpiamente, de manera transparente y efectiva y ya dejar de estar siendo manoseado, pellizcado y escondido. Nuestra insistencia en esto se debe a que los problemas todo mundo se los sabe y se exponen de manera doctoral, la idea es proponer soluciones, ver más allá que solo la leche derramada y deja de estar señalando culpables ya que lo mejor es precisamente proponer respuestas, alternativas y ese debe ser el ejercicio permanente. Es por ello que debemos recoger cinco o más aristas para ser pulidas, a saber, los niveles pobreza, el costo de vida, los niveles de crecimiento económico, el manejo de las finanzas públicas y el cuidado del medio ambiente. Manejando eso y en especial con lo que hoy nos toca que es el manejo de los dineros, podemos avanzar, pero si se sigue con esos procederes y discurso populista, no podemos menos que esperar más de lo mismo. El Presupuesto mal manejado es como la comida recalentada mal pellizcada, no produce vida.